Todos sabemos de fútbol. Pero… ¿cuánto? 2 de 2.

31.03.2022 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“El fútbol empieza como una democracia y acaba como una dictadura, porque al principio todos opinan, pero al final sólo uno decide. Lo hace el jugador ante el balón, el entrenador frente a la alineación y el presidente en el momento de las grandes decisiones, aunque en este último caso se supone que con un grado de mayor consenso”. (Johan Cruyff).

           Quedan algunas cuestiones lanzadas al aire y en el fútbol no acaban de formularse conforme nos dijo José Antonio Marina en su libro “La inteligencia fracasada”: ¿Por qué nos equivocamos tanto?; ¿Por qué las personas inteligentes hacen cosas tan estúpidas?; ¿Por qué tropezamos cien veces en la misma piedra? De ahí también el ramalazo timador de Robert Musil: “Si la estupidez no tuviera algún parecido que le permitiese pasar por talento, progreso, esperanza o perfeccionamiento, nadie querría ser tonto”. 

           Por ejemplo, muchos acérrimos del deporte rey que hacen novenas de fútbol en el “Nou Camp” se han encontrado, de pronto, con una opinión nunca esperada de Xavi Hernández, adaptada al momento y a sus propias circunstancias: “El contraataque no cambia el modelo o el estilo”. Si tomásemos episodios históricos plasmados en los periódicos, veríamos como el actual entrenador del Barcelona criticó amargamente el juego del Real Madrid, sobre todo cuando jugaba Cristiano Ronaldo, ya que las llegadas intempestivas de la delantera madridista las catalogaba como de mal estilo. Aquel contraataque, también el del Atlético de Madrid, no formaban parte de la parte novelada de su modelo teórico. Pero ahora sí los bendice… Porque también da triunfos. Lo peor es que los aficionados acaban despistados con estos cambios de criterio que rompen sus esquemas mentales.

            Sin duda, la capacidad de adaptación en el fútbol debe ser una de las grandes cualidades a disponer, porque la competición es cada vez más variopinta, rodeada de fútbol y mentiras. Y los medios de comunicación cada vez hablando menos de fútbol y más de “salsa rosa” así como fichajes de relumbrón. Es lamentable el espectáculo, más de dos años anunciando que Mbappé lo fichará el Real Madrid y que el otro “fiera” de los estadios para los próximos diez años, Herlin Haalland, han ocupado las páginas diarias del fútbol sin aportar ningún dato nuevo sino las contradicciones diarias, incluidas aquellas que aseguran que el Barça se ha reunido con él no recuerdo ya el número de veces. Todo de cara a la galería, todo para vender periódicos o programas radiofónicos atiborrados de publicidad y noticias falsas. Cumpliéndose la profecía de Antonio Gala: “Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro”. ¡Tremendo…!

            Saber de fútbol para mí es conocer las Reglas, el juego, sus tácticas, sus estrategias y sus fundamentos específicos acerca del trabajo en equipo para conseguir, al fin y al cabo, victorias. Son los comportamientos y las interrelaciones de los jugadores los que determinan precisamente la manera de jugar de un equipo. El 27 de febrero pasado, se enfrentaron en Inglaterra los equipos Liverpool y Chelsea para la Copa de la Premier. El partido acabó en empate a cero y continuó con la prórroga que hubo que dilucidarse a penaltis. Un minuto antes de acabar el partido, el entrenador Tuchel del Chelsea sustituyó al portero titular Mendy por el español reserva Kepa, es posible que imitando lo que ya Van Gaal practicó en el Mundial 2014 jugando contra Costa Rica y le dio resultado por cuanto el portero reserva paró dos penaltis. 

            Y apareció el “efecto Boomerang” de la toma de decisiones. Cada equipo tiró diez penaltis y todos fueron marcados y los porteros no pararon ninguno. Por tanto, le tocó el turno de tiro a los propios porteros, el primero fue marcado por el portero del Liverpool y cuando Kepa lanzó el suyo lo echó por encima del larguero. Había ocurrido todo lo contrario de lo previsto por uno de los mejores entrenadores de la actualidad, Thomas Tuchel. ¿Cómo podemos interpretar esta decisión? Ahora el entrenador y el portero son demonios; de haber acertado estarían ya elevados a los cielos. ¿Eso es saber de fútbol? 

            Salamanca, 31. Marzo. 2022.