¿Qué ola futbolística viene ahora…? 2 de 2.
“La inteligencia artificial está en el centro de la ola que viene y, sin embargo, desde que ese concepto entró por primera vez en el léxico en 1955, a menudo ha parecido una promesa lejana”. (Mustafa Suleyman).
Actualmente, los distintos equipos juegan con dibujos tácticos muy variados, diferentes en los partidos jugados en una competición y muy cambiantes incluso en el transcurso de un mismo partido. Recuerdo en este punto que el Atlético de Madrid ejecuta muy bien estas alternancias, si bien el periodismo traduce todos estos cambios como consecuencia de haberse equivocado el entrenador previamente, incluso de hombres, cuando los cambios de futbolistas se van sucediendo en el partido favorecido por las normas actuales que prevén más rotaciones que antes, por otra parte, se favorece una mayor intensidad del juego y, por supuesto, a la salud de los propios futbolistas.
Incluso sistemas tácticos que se consideraron muy avanzados en su momento, transcurrido un tiempo, pasan desapercibidos si lo practica un equipo de menos renombre. Recientemente plasmamos un estudio donde el dibujo menos utilizado en la actualidad era el 1.4.2.3.1., y a las pocas semanas de aquella publicación el “olvidado” dibujo fue utilizado por un entrenador muy cotizado del momento, Zerbi en concreto. Entrenadores que se identifican históricamente con el 1.4.4.2., y que renuncian temporalmente a su “filosofía”, simplemente porque los jugadores disponibles se adaptan mejor a otra estructura de juego.
Pongamos por caso la situación más ardiente de esta Liga 2023/24, que Carlo Ancelotti practicó con un dibujo de 1.4.4.2., en rombo, para ubicar mejor las cualidades y desempeño de Bellingham, por ejemplo. Y en dos meses, los hechos le dieron la razón salvo el día que perdió contra el Atlético de Madrid que, los “grandes expertos” de los medios nacionales le dejaron plasmados los “defectos” que dicho sistema tenía para el momento de defender, fundamentalmente, los laterales. Todos tenían razón, pero no todos aceptaban la idea de mejor adaptación del colectivo.
(…) “La inteligencia artificial, la biología sintética, la robótica y la informática cuántica pueden sonar como un compendio de palabras de moda sobrevaloradas. Son muchos los escépticos. Todos estos términos llevan décadas dando vueltas en el discurso tecnológico popular, y el progreso ha sido, a menudo, más lento de lo prometido”. (…) “El despliegue masivo de la inteligencia artificial ya está en marcha. Se mire por donde se mire, los “softwares” se han comido el mundo, y han abierto el camino a la recopilación y el análisis de ingentes cantidades de datos”.
(…) “La inteligencia artificial está abandonando el ámbito de las demostraciones y entrando en el mundo real. Dentro de unos años, estas tecnologías podrán hablar, razonar e incluso actuar en el mismo mundo que nosotros”. (…) “El futuro de la inteligencia artificial es, al menos en un sentido, bastante fácil de predecir. En los próximos cinco años se seguirán invirtiendo ingentes recursos, muchas de las personas más inteligentes (¡y mejor pagadas!) del planeta trabajarán en esta disciplina, los modelos más avanzados se entrenarán con órdenes de magnitud superiores de cálculos; todo esto dará lugar a saltos espectaculares, como avances hacia una inteligencia artificial capaz de imaginar, razonar, planificar y mostrar sentido común”.
(…) “No es solo un sistema, sino un generador de sistemas de todo tipo… Nos hallamos de veras en un punto de inflexión en la historia de la humanidad”. Sin embargo, sorprende contrastar estas informaciones llamativas, no contempladas en otras fuentes consultadas, como la que consta en el libro de Martí Perarnau, “Dios salve a Pep”. Sintetizo y transcribo: “El City vence por 7-0 al Leeds United lo que supone la peor derrota de la historia para los visitantes… (Guardiola confirma) ”El partido lo ha ganado Juanma con su propuesta de que había que entregárselo a los futbolistas para que ellos se comportaran con libertad”.
(…) ”El partido debía ser de ellos y no de los entrenadores, con lo que hemos tenido que sugerir un cambio en las conductas… debían jugar obligatoriamente a cinco toques como mínimo… Pep les dijo: - “Prohibido pasar el balón si antes no lo has tocado cinco veces…” Sin duda, el experimento obedecía al sistema de marcaje de los hombres de Marcelo Bielsa y Juanma Lillo lo había fundamentado, me imagino, por la originalidad, lejos de los algoritmos de la “Inteligencia Artificial”.
Ya escribí en alguna ocasión sobre ¿quién entrena al entrenador? Y Perarnau me sorprendió en su citado libro: “El desafío intelectual no significa pensar ideas profundas, sino pulir defectos y potenciar virtudes. Pep quiere que Lillo le ayude y le exija en esta tarea. Quiere que sea el entrenador del entrenador. Lillo entiende que Pep será aún mejor si gana en serenidad y consigue potenciar la naturaleza de sus jugadores. Lo plantea en términos sencillos: “Los entrenadores muchas veces cuando entrenamos para nosotros y no para los jugadores. Hemos de entrenar para que ellos lleguen lo más seguros posible al partido, no lo más inseguros. En general, hablamos más de táctica que de juego e incluso los jugadores lo hacen. Y olvidamos que se trata de ganar, aunque no sea con nuestro plan de partido, sino con el plan de los jugadores. Lillo es partidario de reducir el intervencionismo de los entrenadores”.
Ya en los años setenta, yo ejercía con mis propias manías o convencimientos. Algún día me alejaba de ellos y estaba en el campo, pero no estaba, les daba pautas y entrenaban “por libre”, era una manera de quitarles presión y de no soportar mis “intervenciones” presionantes a las que todos tendemos al dirigir a personas. Del mismo modo, recuerdo, en un partido muy concreto de la temporada, jugábamos fuera de casa, e introduje una alineación “sorprendente” (Típico ataque de entrenador, que se dice).
En realidad, todo resultó bien porque ganamos: El defensa libre, que muchas veces en otros partidos atacaba en demasía y no volvía siempre a tiempo, lo puse de delantero centro para que se moviera por donde él quisiera durante todo el partido; al central marcador, lo incorporé al medio centro para que se prodigara con libertad en ataque y de paso marcase al mejor del equipo contrario (Marcó los dos goles del partido); a uno de los medios atacantes le recordé que en infantiles, alguna vez, había jugado “de escoba” y allí lo puse todo el tiempo; el mejor delantero por madurez y goleador del equipo, ese día estuvo en el banquillo para recordarle que el equipo podía ganar sin él también; etcétera. Y es que, como tantas veces me recuerda Ramón, un jugador de aquel equipo que también entrené y no era titular, una frase histórica escuchada en mis equipos: “Jugando al fútbol nos tiene que doler más la cabeza que las piernas…”
28. abril.2024.