Igual que en los dogmas, también en el fútbol hay mucha propaganda, hechos determinados que de pronto se convierten en leyenda siendo difícil indagar sobre lo que es cierto, o mentira puñetera.

Exponer las grandes mentiras del fútbol podría funcionar como una vacuna contra la idolatría vacía, la desmemoria interesada y la manipulación mediática que muchas veces nos invade. Podría atacar con ello una arqueología del relato futbolístico, que se atreva a separar el mito instaurado del dato objetivo en este ambiente de farándula.

 “Mentiras del fútbol: desmontando mitos, cifras y relatos”, sería un buen título para el siguiente inventario de relatos:

“Pelé hizo más de 1.000 goles oficiales”, máximo goleador de la historia del fútbol, con 1.283 goles. Sin embargo, los goles oficiales reconocidos por la RSSSF e IFFHS son 757, con Santos, Cosmos y la selección brasileña. El resto fueron en amistosos, torneos de exhibición, partidos con selecciones militares y partidos de beneficencia. 

“El Maracanazo fue una hazaña irrepetible”. La derrota fue más colapso psicológico brasileño que proeza épica uruguaya. Aquel partido con alta carga emocional no resultó ninguna gesta militar o sobrenatural. Simplemente, Uruguay jugó bien y Brasil se desmoronó.

“España ganó el Mundial 2010 solo por el tiqui-taca”. España conquistó el mundo gracias al dominio técnico y al estilo “tiqui-taca”, puro arte con balón. España ganó por solidez, jerarquía y oportunismo, además del talento técnico.

“Italia ganó el Mundial 2006 por su juego compacto”. Ganaron, en parte, por errores arbitrales (penal polémico ante Australia, gol en fuera de juego ante Ucrania). En la final, Francia fue superior y el resultado se decidió por penaltis. Italia ganó gracias a una mezcla de oficio, suerte, penales y algunas decisiones controvertidas. No fue un campeón invulnerable.

“Alemania ganó limpiamente el Mundial 1990”. Se benefició de un penalti inexistente en la final contra Argentina. En semifinales, forzó el empate contra Inglaterra, con fortuna. Se benefició de decisiones arbitrales discutibles y sin un fútbol espectacular.

“Portugal mereció la Euro 2004”. Grecia venció dos veces a Portugal en el mismo torneo (partido inaugural y final). Portugal fue irregular y dependiente de acciones individuales. Grecia planteó partidos tácticamente impecables. La narrativa del robo es un consuelo emocional. Narrativa antigriega por su “fútbol feo”.

“Argentina ganó el Mundial 1978 sin sombras”. El triunfo deportivo fue real, aunque estuvo rodeado de condicionantes extradeportivos así como manipulaciones de fondo.

“Francia 1998 fue una victoria limpia y espontánea”. Hubo beneficios arbitrales discutibles ante Croacia (Expulsión a Bilic, falta previa al gol de Thuram). Francia fue sólida, pero no deslumbrante. 

“Inglaterra 1966 fue un título incuestionable”. Gol fantasma en la final ante Alemania. Arbitrajes favorables en semifinal ante Portugal (cambio de sede repentino y parcialidad arbitral). Inglaterra no ganó fuera de Wembley

“La semifinal del Mundial 1982 fue un duelo noble”. Alemania y Austria pactaron el 1-0 a costa de Argelia.

“Di Stéfano rechazó jugar con España en el Mundial”. La FIFA no le dejó. Cuando pudo jugar, una lesión lo dejó fuera (Chile 1962).

 “El Milán de Sacchi era un equipo ultraofensivo”. En realidad, tenía una estructura defensiva férrea, presión alta, líneas compactas y una defensa en zona trabajadísima. Ganaba muchos partidos por 1-0.

“La Juventus ha sido el club más respetado de Italia”. En realidad, ha estado envuelta en múltiples escándalos de corrupción (Calciopoli, dopaje, contabilidad creativa) y no ha tenido nunca el respeto unánime de su país.

“Las Copas del Mundo premian al mejor equipo”. Frecuentemente no es así. Italia 1982 clasificó por los pelos. Argentina 2022 ganó con dos penales discutibles en la fase de grupos. Alemania 1990 ganó con un penalti dudoso.

20. Noviembre. 2025.

Sezione: Editorial y Opinión / Data: Jue 20 noviembre 2025 a las 08:00
Autore: MAROGAR .
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