El relato moderno se apropia de viejas ideas con etiquetas nuevas. Y podemos caer en la ironía “Lo nuevo ya estaba inventado”. Hubo momentos que resurgieron los “porteros-jugadores” como ocurrió en su momento con René Higuita o Mazurkiewicz. También ahora escuchamos aquello de la “salida lavolpiana”, y apenas trascendió en el pensamiento colectivo hasta que Guardiola la puso en práctica. (La “salida lavolpiana” es una estrategia de fútbol ideada por el argentino Ricardo La Volpe, que busca generar superioridad numérica y controlar el balón desde la fase inicial de juego, utilizando principalmente al arquero, los dos centrales y el volante de contención. Se caracteriza por la amplitud de los centrales, la ubicación del volante entre ellos, y la proyección de los laterales hacia delante). Quizás algunos ya lo utilizaron, pero desconociendo su origen. 

                Se empezó, también, a utilizar aquello de los “laterales interiores” por parte, cómo no, de Guardiola. Pero en mi memoria, cuando yo entrenaba juveniles en los años 70, tengo registrada la manera de jugar del brasileño Junior, lateral izquierdo que avanzaba al ataque penetrando con movimientos de alfil en las defensas contrarias. También hay que recordar, algo que seguramente pasó desapercibido en su día, que el yugoslavo Miljan Miljanic fichó para el Real Madrid al alemán Breitner y lo alineaba en un costado, el derecho, pero en la práctica era un interior que partía desde la banda, con las mismas características que el brasileño Junior. O sea, fueron dos laterales jugando por dentro y creadores por propia iniciativa de una nueva manera de hacer de un defensa lateral que profundizaba hacia dentro del campo.

                Hoy, hablar de fútbol como de política, se requiere coraje, paciencia y pensamiento crítico. Porque todo se manipula y se atraviesa con intereses a veces inconfesables. Son trincheras ideológicas, narrativas prefabricadas y una audiencia que tantas veces no escucha, como mucho, espera la confirmación de lo que ya piensa. El fútbol debería ser un territorio fértil para la imaginación, para el desacuerdo civilizado, sin embargo, se ha convertido en un campo minado de certezas gritadas.

                De ahí mi empeño en dudar, matizar, relativizar y cuestionar dogmas porque, ahora, es más necesario que nunca. Y ojalá podamos mezclar la crítica con la ironía, la memoria y la rebeldía aceptadas por la mayoría con la mayor tolerancia. Pienso que el dogmatismo puede llevar a la rigidez mental y a la dificultad para aceptar nuevas ideas o perspectivas, lo que puede limitar el pensamiento crítico. Incluso al aislamiento y a la falta de empatía hacia aquellos que no comparten las mismas creencias.

                Allá por abril de 2022, leí a Felipe González Rossi al respecto de “La mejor jugada de la historia”: “En cualquier actividad humana con cierta tradición, que tenga como común denominador el requerimiento de hábitos o conductas repetitivas, los participantes tienden en general a reiterar los comportamientos de sus predecesores sin cuestionarse demasiado el porqué, el verdadero sentido y provecho que se extrae de ellas”. 

                (…) “En el fútbol, también es usual ver cómo actitudes, jugadas, tácticas, o simplemente gestos, que no tienen una causa racional o que no persiguen el lógico objetivo de sacar provecho para ganar un partido, se repiten. Y se repiten partido tras partido, campeonato tras campeonato, sin ton ni son, sin verdadera justificación o propósito. Se repiten simplemente porque otro lo ha hecho antes, sin cuestionarse si lo que se está haciendo es lo que más sirve para ganar”. 

(…) “…existe el estudio científico que demuestra que en los tiros libres directos hay que pegarle a la pelota con la cara interna del pie. No hace siquiera dos décadas que, gracias a Juninho Pernambucano, y no a un análisis de optimización, se comenzó a popularizar esa pegada seca, que genera un efecto impredecible al balón. Porque Cristiano Ronaldo no le pega con la técnica que le pega a los tiros libres gracias a análisis físicos, sino simplemente porque comenzó a imitar el gesto de otros exitosos profesionales como Juninho”.

(…) “… Panenka en el año 76 popularizó una variante al lanzamiento del tiro penal. Y créanme que hoy los que imitan al checo, no se cuestionan si no existe otra forma alternativa de patear el penal para la derecha, para la izquierda, pegarle fuerte al medio o simplemente picarla. Es posible que exista la respuesta a la pregunta de cuál es la variante que maximiza las posibilidades de convertir un penal y que también exista una respuesta a la maximización de posibilidades de atajar ese lanzamiento. Sin embargo, el menú del día que ofrece la carta del ejecutante tal vez no incluya la opción de la respuesta correcta, ya que nadie va a dedicar un solo segundo a pensar si hay una forma diferente de patear un penal que optimice las posibilidades de convertir”.

(…) “… (los jugadores, los técnicos, los jueces) están tan concentrados en ciertas cosas, que no tienen tiempo para cuestionarse el sentido de algo que simplemente hacen porque alguna vez vieron que otro lo hizo de ese modo. Sencillamente no están preparados para cuestionarse todas y cada una de las acciones que realizan”. (…) “Es que parte de la magia que rodea al fútbol profesional es recogida de lo que vendría a ser el mundo no profesional. En el mundo del fútbol amateur, en el campito, en el fútbol como pasatiempo, uno podrá encontrar muchas excepciones a las prácticas ortodoxas del deporte, de modo que, a menudo mirando un partido amateur se encontrará con situaciones completamente atípicas, extrañas, nunca antes vistas en la televisión, en lo que para muchos es el mundo del fútbol”.

(…) “Tal vez cuando termines de leerme, compartas que en el mundo del fútbol profesional, que no es el completo universo del fútbol sino solo un mundo del fútbol acotado, “aún no está todo inventado” y que hay muchas cosas todavía por aprender del fútbol que es exclusivamente por placer, del fútbol por las ganas de hacer deporte con amigos, del fútbol por defender una causa que es la justificación de una amistad… Tal vez también compartas conmigo que la gracia de romper con uno de estos fenómenos sociológicos que se repiten sin ton ni son, sin un análisis profundo de su verdadero sentido, de no repetir un patrón habitual de comportamiento por el simple hecho de que otros lo hicieron, no reside solo en el haber roto el patrón de comportamiento exitosamente. La gracia también estará en cuestionarte si ese comportamiento inusual al que se ha expuesto inéditamente a compañeros, rivales, jueces y reglamentos, tiene la potencial capacidad de repetirse en el profesionalismo con el mismo éxito”.

27. OCTUBRE. 2025

Sezione: Editorial y Opinión / Data: Jue 30 octubre 2025 a las 07:57
Autore: MAROGAR .
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