"LAS ZONAS DE INFLUENCIA "D.G.D." Y OTRAS.../1."
Probablemente uno de los mejores libros de fútbol que he leído, "Fútbol sin trampa", fue escrito por Menotti y Angel Cappa, a modo de diálogo personal y compartido sobre el fútbol. A mi me gusta de vez en cuando ojearlo, y airear algunos aspectos ya que no es fácil encontrarlo en librerías... Porque hoy en día no es fácil dialogar y menos de fútbol, es toda una aventura; y si no hagan la prueba en cualquier foro deportivo. Comprobarán que es prácticamente imposible argumentar, mantener una idea razonable, si no eres forofo del equipo reinante y no insultas a los demás no es posible una participación. Por otra parte insana e insensata. Pero es peor todavía el seguimiento de cualquier tertulia de televisión, con profesionales y personas versadas en la materia, siempre acabo enfadado, agresivo, el ambiente irrespirable me lleva a apagar el televisor. ¡Qué partidismo más absurdo! Y lo peor es que argumentan como niños de párvulo por querer defender a su equipo del alma. Son como tirios y troyanos...
El propio Angel Cappa llegó a publicar otros dos libros deliciosos de fútbol, con algún tinte pesimista el titulado "¿Qué fue del fútbol?". Y precisamente fue a Cappa a quién le escuché de cómo pensaba Guardiola el fútbol, cómo lo entendía, qué era para él la sucesión de combinaciones, de jugadas entre las sociedades que van formando los futbolistas en torno al balón, del toque como principio y fin de ligar el juego. Incluso, exageraba entonces, que el ideal de Guardiola (siendo jugador) era golear a base de pases, paredes, y haciendo casi un "rondito" acabarían entrando varios jugadores dentro de la portería. Precisamente en este punto era donde más discrepaba A. Cappa por cuanto él mantenía el ideal del gambeteador, del individualista, del creador que penetra hasta las redes contrarias llevando el balón controlado... Siempre hay un final de jugada que precisa de la individualidad, de su expresión última y definitiva. Sutilezas al margen, hay otros aspectos metodológicos que se han ido consolidando en la escuela menottista. De siempre, distinguen tres zonas básicas en un campo de fútbol. Lo que el vulgo cita como "línea defensiva" en el primer tercio de campo, Menotti lo catalogaba como "Zona de distracción". Curiosa denominación cuando los defensas, en general, piensan en quitarse el balón de encima, cuanto antes, lejos de su portería a otras zonas menos arriesgadas. Para nada calibraban que el juego en aquella zona defensiva pudiera requerir de toque y distracción precisamente.
Un tercio de campo más adelante, aparece la "Zona de gestación". Lo que la mayoría nombra como "centro del campo", ese fielato siempre difícil de traspasar mediante la combinación y el control del balón, esa casa de postas donde los equipos gestionan lo mejor posible el balón propio, destruyen las acciones del contrario y donde, se pontifica, los equipos ganan o pierden los partidos. Esas zonas donde siempre maniobraron los históricos "5" argentino; o el "4" barcelonista; o los míticos "8" y "10" antiguamente llamados los "interiores de enlace" en un sistema de cuerpo de abispa: 1.4.2.4; ó el "fantasista" italiano; incluso hasta el "trinco" portugués; ó el centrocampista creador, organizador, de toda la vida; por supuesto, mucho antes del invento de escayola en que se ha convertido el "doble pivote". Al fin y al cabo, el centro del campo que prepara el juego deseado para que lo ultimen a ser posible los goleadores, en la "Zona de definición". Precisamente en esta zona se deja la máxima libertad a los delanteros, a los que saben penetrar sin libro de instrucciones y marcar en las situaciones más límite penetrando en los espacios más inverosímiles...
Después de señalar las tres "Zonas DGD" (Distracción-Gestación-Definición), se precisa de otro bagaje conceptual para jugar el partido. Vicente Agraz, que escribió un curioso y versado libro sobre el "Fútbol Aposicional: Visión, espacio y tiempo", ya concebía el partido como una guerra de posiciones; y de mayorías o minorías de fuerzas. De hecho, Agraz consideraba a la defensa como la "última línea de resistencia" cuando, de siempre, los viejos del lugar aseguran que si el equipo no defiende es porque la línea defensiva no defiende. Nunca entendieron que "defender" es un concepto colectivo más que la misión de una línea determinada del equipo. Todavía aquella antigüedad prevalece, a pesar de Vicente Agraz y otros tantos que seguimos insistiendo en la idea integradora de equipo. Por supuesto, hablando de resistencias, "la primera" se debía constituir con los delanteros que se oponían desde la salida del balón del equipo contrario y se generaba allí mismo donde se perdía el balón; de manera inmediata. Idea consolidada cuando Rinus Michels propuso el "Fútbol Pressing" a principios de los años 70 y que dio en llamarse con el nombre comercial de "Fútbol Total" bautizado por la prensa especializada de entonces. Al margen de terminologías y autores históricos, yo me pregunto: ¿No es eso mismo lo que hace el Barça de Guardiola?
Guardiola empieza el cuarto año (2011/2012) demostrando que se puede jugar bonito, ganar casi todos los partidos y, sin embargo, defender hasta el punto de constituirse en el equipo menos goleado. Como han reconocido tanto Puyol como Piqué, antes jugaban muy pendientes del balón y ahora han aprendido a jugar en defensa sin que el imán de la pelota los lleve a zonas negativas o neutras. Pero eso también se aprende. Y cuando juegan con tres defensas en su equipo, los esfuerzos físicos van acompañados de técnica posicional y táctica colectiva. Esa influencia del juego la impone, sustancialmente, la "Zona de gestación", tanto cuando neutralizan acciones del contrario como cuando pretenden sacar el balón jugado, sin rifarlo en pases sin sentido. La fuerza del balón combinado, las posiciones esperando, la velocidad de la pelota, los hombres que colocan en las alas, etcétera, complementan el entendimiento del juego necesario en cada zona de influencia. No me extraña por tanto que Menotti se considere, igual que Cruyff, uno de los pioneros del actual juego del Barça. Eso sí, dándole el máximo mérito a la dirección actual del sabio Guardiola por su perfeccionamiento del modelo así como por el compromiso instaurado en sus jugadores.
Claro que Guardiola, recientemente, reconocía que "lo más importante en un equipo es el medio campo". Se podría hacer todo un argumentario. Aunque, sin duda, tendremos que insistir sobre aquellas otras "zonas de influencia" que llevan adelante a los grandes equipos.
MAROGAR (Setiembre.2011)