"El falso 9, reinventado". (10 de n/)

14.06.2025 10:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

"Raynor se refería al "falso 9" con el curioso sobrenombre de "G-men", que era el apodo que recibían los agentes del FBI de la época, a raíz de una célebre película del mismo título protagonizada por James Cagney en 1935". (Marti Perarnau).

(...) "Charles Buchan, pieza esencial en el Arsenal de Herbert Chapman, usó en 1955 el concepto «roaming centre-forward» (delantero centro itinerante) cuando en sus memorias quiso definir al austriaco Matthias Sindelar: «(Austria) tenía en el ataque a Sindelar, el primero de los delanteros centro itinerantes. Sindelar con frecuencia "vendía el maniquí" (engañar a un oponente fingiendo un pase) a nuestros defensores y a menudo les hacía preguntarse qué debían hacer". 

(...) "El entrenador inglés George Raynor, que en los años treinta actuó como extremo en el Bury FC cuando Norman Bullock pasó a ser su entrenador, empleó el "falso 9" en la selección sueca con la que se proclamó campeón olímpico en 1948. Raynor se refería al "falso 9" con el curioso sobrenombre de "G-men", que era el apodo que recibían los agentes del FBI de la época, a raíz de una célebre película del mismo título protagonizada por James Cagney en 1935. Los términos más habitualmente usados durante la segunda parte del siglo XX fueron "delantero impostor", "delantero postizo" o "delantero mentiroso", si bien se emplearon en contadas ocasiones. Ni siquiera el hecho de que algunos de los más grandes futbolistas de la historia, como Di Stéfano, Pelé, Eusébio, Bobby Charlton, Gerd Müller, Johan Cruyff o Maradona, jugasen como "falso 9" en algunos periodos de sus brillantes carreras sirvió para consensuar un nombre estable, adecuado y común a la función". 

(...) "Esto nos indica con rotundidad que los procesos de observación y análisis del juego y su desarrollo etimológico fueron incluso más pobres y "ciegos" en la segunda mitad del siglo XX que en su primera mitad. Fue la exhibición de Leo Messi en 2009 lo que popularizó el término "falso 9", aunque curiosamente su entrenador, Pep Guardiola, tampoco acostumbraba hasta entonces a usar ese nombre. Pep empleaba otro término diferente para definirle. "Leo es un nueve raro", decía Guardiola cuando se refería a Messi. A partir del 2 de mayo de 2009, también él pasó a denominarlo "falso 9", aunque coloquialmente aún sigue prefiriendo usar el término "punta falso". 

(...) "Resumiendo la etimología empleada desde 1910, comprobamos que la mayoría de los términos usados hacen referencia a la posición del jugador (profundo, retrasado), al engaño de su misión (mentiroso, señuelo) o al movimiento que realiza (errante, itinerante). Un verbo no empleado, pero muy certero, sería "vagabundear". Quizá sea uno de los que mejor defina este rol del "falso 9": es alguien que "aparenta" no estar haciendo nada concreto en el terreno de juego, pero que como el león en la maleza sencillamente está esperando su momento. Engaña, merodea, espera... Vagabundea. El "falso 9" es también un "delantero vagabundo". Y, desde luego, es un jugador "invisible". ¿Cómo nació, dónde y por qué? El proceso de creación del "falso 9" es una de las grandes maravillas que encierra la historia de la evolución táctica del fútbol". 

(...) "Antes de que el "falso 9" naciese propiamente como tal, se desarrolló un concepto precursor: el del "mediocentro de ataque" que coordinaba a sus atacantes. Este concepto precursor se agudizó entre 1897 y 1910, en un contexto de juego muy concreto, pues todos los equipos se distribuían sobre el terreno en forma de pirámide (2.3.5.) y el mediocentro era el auténtico puntal en la organización del ataque. De hecho, cuando se refiere a la formación de la "pirámide", Conrad Lodziak la denomina "formación de mediocentro de ataque", lo que es muy acertado y preciso. 

(...) "En aquellos equipos que habían elegido el juego escocés de pases como modelo, en vez del juego directo inglés, se acrecentó la importancia del mediocentro como galvanizador de las acciones de ataque. El juego escocés ("combination game" o "passing game") propiciaba el avance gradual de los atacantes a través de triangulaciones en las bandas (extremo-interior-lateral), lo que a su vez generaba un juego de ataque con empleo de muchos pases cortos. En dichos equipos, el mediocentro era la pieza angular sobre la que pivotaban los avances, convirtiéndose además en un sexto atacante. El "mediocentro de ataque" resultaría capital en la evolución del juego ofensivo y sería una pieza admirada, y en algunos países incluso intocable, debido a su importancia". 

Por mi cuenta y riesgo, sin haber leído a Martí Perarnau, yo también utilizaba la figura de un "delantero falso" que, en mi caso, lo denominaba "punta flotante" y que tanta gracia le hacía a Vicente del Bosque cuando lo escribí en alguno de mis libros anteriores.

13. junio. 2025