EDITORIAL: "LA BOBA"

31.10.2007 14:05 de  Redacción esFutbol   ver lecturas
EDITORIAL: "LA BOBA"

Rara era la crónica de cualquier partido jugado en Argentina por el “Cabezón” D’Alessandro en la que no citasen que Andrés es un gran ilusionista, que distribuye el juego, viene a recibir, y que desde juvenil siempre practica gambetas (“regates”) y lujos diversos, así como la acreditación de ser un excelente lanzador de faltas increíbles. También en la prensa argentina se hablaba de dicho jugador como el futuro 10 de la selección como si fuera el heredero de Maradona. Lo que nunca se dejaba de citar era la ejecución de “La Boba”. Es curioso que la jugada que vamos a describir no sea comentada en el fútbol español, precisamente cuando el jugador que ostenta su autoría juega en esta Liga desde la temporada 2006/2007.

Detrás de este muchacho de La Paternal, ese barrio argentino que él mismo jura que no cambiaría por ningún otro, hay historias, ilusiones transformadas en realidad por la magia de sus regates increíbles, caños, amagues… Cuentan que en su barrio aprendió el alto precio de la habilidad: “La de patadas que me llevé de recuerdo a mi casa…” Parece que lo único que le importa es gozar dentro del campo de juego y esa esencia lúdica le ha valido “trompadas” por doquier… desde el colegio Hipólito Vieytes al 1500 en Gaona.

“Estos argentinos alaban a los jugadores al máximo pero a todos les ponen apodos…”, suele decirse aquí en España. Menos mal que lo consideran una tradición, prácticamente; cuando en este país casi es una afrenta personal. Desde luego, D’Alessandro no pasa desapercibido, es un zurdo especial con un golpe de vista se le identifica por su juego característico, camina distinto, tiene un tranco especial, derrocha talento, emociona con sólo pisarla… Pero en Zaragoza todavía no ha cuajado y a veces se muestra tozudo en sus comportamientos, quizás individualista en exceso y hace perder los nervios del banquillo y la grada. De hecho, tan sólo hace unos años sufría postergaciones que lo pusieron al borde del abismo, antes de que fuera traspasado al fútbol alemán. Pero ahora, en Zaragoza, ha entrado en la misma dinámica.

Confirma la teoría de que nunca se sabe el rumbo que tomará la carrera de un futbolista; porque el talento no basta, quizás sea necesario un gol importante, incluso algún golpe de suerte. Por otra parte va minando a los contrarios y éstos le toman el número, le van cogiendo también sus maneras, le van esperando un poco más y ya no se comen los amagues con tanta facilidad. Aunque incorpore variantes a su juego provocador. Pero, menos palabrería, y contestemos a la pregunta esencial: ¿Qué es “La Boba”?¿Es un amague, un regate (gambeta), una moña, una finta… qué es?

Dicen los que más lo han visto que es una jugada de “baby fútbol”, ese fútbol reducido para el aprendizaje de los más pequeños allá en tierras argentinas. Desde chavalín la hacía en el fútbol infantil en Estrella de Maldonado en Jorge Newvery. La usaba mucho cuando estaba medio apretado sobre la raya. D’Alessandro ofrece el balón al defensor que tiene delante, éste va a quitársela de un punterazo cuando va encelado con la pelota, como ciego, de pronto se la ruedan hacia atrás y se encuentra con el espacio vacío… Eso les cabrea hasta provocar el insulto. Y le amenazan por si vuelve a repetir porque, los jugadores engañados, pensarán que el “Cabezón” les quiere chulear…

Como dicen en Argentina, la acción es “guachita”, es “gozadora”. En realidad, la acción es una habilidad adquirida, es un acto reflejo, eso de mostrársela, quitársela de nuevo y rodarla para atrás; de pronto Andrés sale en velocidad hacia delante bien con un caño, bien con una desviación con el exterior del pie (Ya sabemos que es zurdo). Incluso, según las posiciones defensivas contrarias, puede tocar de interior hacia dentro saliendo con la posesión del balón y en velocidad. Son variantes que el contrario no controla de una vez para otra ya que esta jugada la repite varias veces en un partido. De ahí que las defensas no le permitan la reiteración, ya que les suena a “cachondeo”… Un defensa que se precie no admite que un joven les pase, les toque la pelota, les haga un pique corto y se la lleve… En realidad la utiliza como un recurso para desacomodar al rival, para moverlo, para que pierda el equilibrio y le permita seguir penetrando sin la presión cercana del marcador. Y otras veces no sale jugando en conducción sino que sale tocando con un compañero para liberarse de la presión.

Entonces, se podría resumir cual es el proceso técnico táctico, simple, de “La Boba”: Una pisada, la muestra provocando, la esconde (Todo ello simultáneamente), escapa, siempre escapa, un caño, un regate, un cambio de ritmo… Los hinchas se emocionan y los defensas le persiguen para pasarle factura por la burla anterior. He llegado a leer relatos en pasajes como éste: “Leo Astrada le toleró una “pisada” de balón, pero cuando “El Cabezón” le metió un caño, explotó: “¿Nene, ves esa grada? Me haces lo mismo otra vez y te juro que te doy una patada en el culo que te mando ahí arriba”.

Este futbolista es un “irrespetuoso” con la pelota en los pies. Glamour de potrero. La prepotencia de la belleza. Del desenfado que lo hace casi único. Ese “caradurismo” es positivo que muestra domingo a domingo. Hay que seguir protegiendo a los innovadores. Mi duda actual es si esa libertad existe o no en el fútbol español, en el Zaragoza para más señas, a pesar de que su entrenador Victor Fernández es de los que no ponen cadenas a sus jugadores y suele darles alas… Las que necesita un buen desempeño de “La Boba”.

MAROGAR