¡Si se quiere ganar, se debe jugar bien al fútbol...!

08.03.2019 13:32 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Los buenos jugadores de fútbol no necesitan ser titanes esculpidos por Miguel Ángel. En el fútbol, la capacidad es mucho más importante que la forma, y en muchos casos, la habilidad es el arte de convertir las limitaciones en virtudes”. (Eduardo Galeano).

            Ya en 2009 publiqué “La Ignorática y el fútbol” y, por supuesto, aquella ciencia inexistente expresada por Giovanni Papini en su “Libro Negro”, nos atrevimos a plasmar aquello que tanta gente persigue día a día y a lo largo de los tiempos sobre los aspectos conocidos y desconocidos del fútbol.  Un capítulo, para mí trascendente, lo titulé: “Jugar bien al fútbol”. Pero la práctica futbolística debe estar soportada por una teoría previa interiorizada, por una idea firme y clarividente de lo que planteamos. Recuerdo asimismo que hay dos autores, lamentablemente ya fallecidos, que siempre me inspiraron de manera permanente. Uno es Dante Panzeri, que escribió uno de los mejores libros de fútbol que se hayan escrito, “Fútbol. Dinámica de lo impensado”. Y, el otro, Eduardo Galeano que me ayuda a clarificar mis pensamientos para poder plasmarlos en letra impresa, como cuando aseguraba: “Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece”.

             Y es ahora en este nuevo ensayo sobre el “Fútbol simple…” cuando creo necesario transcribir las ideas más concluyentes de aquel pensamiento antiguo: “¿Qué es jugar bien al fútbol? -  Si preguntásemos a cien entrenadores, cada uno nos daría su idea, su versión específica. Habría cien opiniones distintas. De lo que no podremos huir será de esta repetición: “¡Prefiero ganar a jugar bien…!” Como si fuera tan fácil jugar mal y garantizarse la victoria… Ya me gustaría escuchar a mi hijo: “¡Prefiero aprobar a estudiar bien…! Y, de pronto, sin estudiar bien va y aprueba… Si hiciéramos la misma pregunta a los aficionados, o a los directivos, o a los periodistas, las discrepancias se multiplicarían, sin duda. Aunque, por simple lógica, cuando se gana es que se ha jugado, al menos, mejor que el contrario…” 

             “¿Jugar bien es jugar bonito? Esta asociación de ideas es una de las claves… Dante Panzeri, en su libro “Fútbol. Dinámica de lo impensado”, nos alerta: “Hay mucha gente que supone que el fútbol es un libro de cocina. Lo leemos, tomamos las ollas y los ingredientes, encendemos fuego y esperamos la comida…” (…) En el libro de Panzeri se expresaba Carlos Peucelle: “Fútbol hay uno sólo: bien jugado o mal jugado; con buenos jugadores o malos jugadores; y nada más”. Mezclando lo práctico con lo visualmente bonito, los equipos deben perseguir un objetivo irrenunciable: ganar los partidos. Ganar siempre. Hay entrenadores que han ganado muchos partidos utilizando fórmulas que no se corresponden con el “juego bonito”. Su principio es jugar con la estadística. Piensan que, a mayor número de llegadas directas a portería, más ocasiones de gol se tienen. Buscan un fútbol práctico, pragmático, antes que ganar no perder, primero la defensa y después el ataque, los jugadores con perfil luchador por encima de los creativos… Es un fútbol elemental, se olvidan del juego corto entre demasiados jugadores, propugnan el pase largo a delanteros muy rápidos, en fin todo aquello que predispone el máximo de aproximaciones en el menor tiempo posible. La cuestión es si este tipo de fútbol se considera bien jugado…”

             “Si hay velocidad y se combina con precisión, si se consiguen goles y se evitan en la portería propia, y además se ganan los partidos… ¿Por qué este fútbol no va a estar bien jugado? Particularmente creo que el fútbol bien jugado no le pertenece a ningún entrenador en concreto, a ningún estilo definido, a ningún sistema especial ni a ninguna táctica preconcebida. Si se conjugan velocidad y precisión, las dos cosas a la vez, sería la perfección. Muchos entrenadores presumen de que su equipo tiene un buen trato con el balón, sólo con esto piensan que juegan bien al fútbol. Incluso tocan y tocan en cualquier zona del campo sin objetivos claros y hasta es posible que no sean conscientes de ese juego vano. Hasta llegan a convencer a muchos y a hacer propaganda de su estilo. Porque esos equipos llegan a creer hasta que no tienen obligaciones defensivas, realmente defienden mal. Sin catalogar, ni él ni los espectadores ni periodistas, que un equipo nunca será completo si sólo maneja el 50% de su potencialidad. Un equipo que sólo sabe atacar no juega bien al fútbol…”

             “Nunca estaré de acuerdo con los que piensan que el delantero tiene “más técnica” que el defensa. Cada uno tiene la suya para desempeñar su función específica y es la apropiada porque, ambas, son necesarias. Sólo una de ellas no basta y son complementarias para obtener los éxitos de su equipo. Tampoco comparto la opinión de que es más técnico el que juega más estético. Es conocido que lo bueno está reñido con lo práctico. Incluso, lo bueno dos veces bueno si se hace sencillo. Porque… confirmamos que lo sencillo en el fútbol es lo más difícil. Del mismo modo que el fútbol no les pertenece sólo a los hábiles pues los jugadores que hacen bien lo que saben hacer son igualmente jugadores válidos, y su técnica es apropiada para jugar bien al fútbol. “Lo serio no debe sepultar a lo alegre” (Panzeri). 

            “¡Son tantas cosas las que forman parte de un hipotético catálogo del fútbol bien jugado…! Movilidad sí, pero con talento; técnica sí, pero con sentido colectivo y recorrido amplio. Correr, manejar el balón, mentalidad táctica, conocimiento del juego, buena elección de los tiempos del partido, velocidad, pausa, sorpresa, marcaje, desmarque, creación de superioridad y aprovechamiento de los espacios creados, presionar sin balón, pero sobre todo con él, paciencia para encontrar el pase de gol… “El fútbol bien jugado se inicia atrás, en la defensa; donde todos los delanteros bajan para asegurar la salida procurando ser más – en cantidad – para llegar al tramo final con la misma ventaja – en cantidad -…”  Panzeri era clarividente. “Cuando la pelota se mueve, aparece el orden y el caos, el control y el desgobierno, lo que un jugador construye hay otro del equipo contrario que quiere destruirlo. Y en esas luchas, hombre a hombre, colectivo a colectivo, a lo largo de un campeonato ganarán siempre los jugadores inteligentes bien entrenados física y mentalmente. Afortunadamente, una de las leyes naturales del fútbol que más hermoso lo hace, es aquella de que todos necesitan de todos y nadie puede subsistir o triunfar por sí solo”. En este punto señalar que estamos cayendo en un individualismo enfermizo sin caer en la trampa de renunciar a la individualidad que decide los partidos...”

            “El fútbol es amistad. Y cooperación. Y solidaridad. Y emoción… El fútbol es un juego y en consecuencia hay que jugarlo, porque nada está definido de salida. Y vuelve Dante Panzeri, a incitarnos sobre el fútbol bien jugado: “Fútbol sin lentitud. Entrar y salir. Subir y bajar. Ir y volver. No es menester el exquisito habilidoso. Este, si solamente habilidoso, es mal jugador para el bueno y el mal fútbol. Cuando en fútbol se hace lo simple, casi llega a ser innecesario ser habilidoso”. Y continúa: “El fútbol bien jugado tiene tácticas: muchas. En lo posible, una para cada jugada. No una solo para cada partido. Pero todas imprevistas”. Menotti también clarifica nuestras ideas: “Jugar bien al fútbol es resolver el mayor número de acciones en el menor tiempo posible. Es controlar el tiempo y el espacio, saber jugar en corto, en largo, arrancar cuando se debe, jugar de cabeza, retroceder correctamente a la media punta, apoyar en la recuperación colectiva, ocupar otros lugares para el desmarque del compañero, distraer…” (…) “Intencionadamente en este capítulo no hemos hablado de guarismos, de números que representan los dibujos de los equipos, de sistemas antiguos ni modernos, de jugadores maravillosos o de jugadores obreros. Una opinión muy reciente, la de Mourinho, es muy válida para entender mejor:   ”Me gusta que mi equipo sea un equipo con posesión de pelota, que la haga circular, que tenga muy buen juego posicional y que los jugadores sepan claramente cómo posicionarse… Un buen posicionamiento defensivo como equipo, formando un bloque compacto que pueda jugar con las líneas muy juntas es otra característica de mis equipos…”

           “Creo que de esta manera nos queda muy claro algo básico y fundamental: Jugar bien al fútbol no es jugar bonito, exclusivamente… “ Esta panoplia de conceptos seguro que algunos los entenderán como muy razonable. Otros lo entenderán como excesivo. Y siempre habrá quienes no los sacarás del eterno “Hay que ganar como sea…” sin ampliar ni detallar en qué consiste esa fórmula mágica que nadie conoce, que no se vende en boticas ni nadie tiene documentado el protocolo correspondiente. Sin duda, el fútbol simple siempre consistirá en ordenar las distintas complejidades del juego dándoles la correspondiente coherencia para desarrollar un juego sencillo, natural y efectivo.

            Salamanca, 8. marzo.2019.