Nostalgias de fútbol.

28.04.2022 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Todos tienen derecho a su propia nostalgia. (James Wolcott).    

            Cualquier tiempo pasado siempre fue mejor, expresión que podía resumir el estado de nostalgia de un individuo, sobre todo si es aficionado al fútbol. En realidad, pocos aceptan que la época de Di Stéfano pueda ser superada por otros “fútboles” y otros futbolistas de alto nivel, incluso aquellos que nunca vieron evolucionar al argentino. De hecho, en los últimos años nos está costando abandonar la atracción colectiva por Cristiano Ronaldo o Messi, aunque la necesidad pública de presentar nuevas figuras añade a diario nuevos nombres que se debaten públicamente, sobre todo, en si valdrán 100 ó 200 millones de euros. A mí me parece este enfoque un insulto impresentable.

            “En la vida, el cálido resplandor de la nostalgia amplifica los buenos recuerdos y minimiza los malos”, según Stephanie Coontz, pero un exceso de arraigo a lo antiguo puede dar lugar a un congelamiento de las ideas mientras que la necesidad actual es que todo evolucione. El otro día jugaron Manchester City y Atlético de Madrid, resultó que casi al final del partido los ingleses marcaron el gol de la victoria y en las declaraciones post partido Guardiola indicó que “desde la prehistoria es muy difícil encontrar espacios en un sistema 5.5.0.”, que se supone fue el que practicó el Atlético de Madrid. Sonó a disculpas, sonó a desprestigio del planteamiento atlético, pero mientras el fútbol sea de libre aplicación cada uno lo debe jugar con sus armas preferidas. De hecho, yo reflexioné en “twitter” que, si el Manchester City presiona defensivamente arriba con 5 y deja otros cinco abajo, en que se diferencia esa configuración de la que planteó el Atlético de Madrid. Por supuesto, Guardiola no se mostraba nostálgico por los sistemas piramidales de los años 1925, ni tampoco por el Pressing Fútbol de Rinus Michels.

            “La nostalgia es una peligrosa manera de comparar” (Brené Brown), porque la objetividad siempre necesitará momentos calcados, espejos situacionales, épocas iguales y eso nunca se producirá. Decía García Márquez, escritor y nunca técnico de fútbol, que “Crecemos con sueños en nuestros ojos, y canciones en nuestros labios, y descubrimos luego que la vida no es lo que pensábamos que sería. Y luego, descubrimos la nostalgia”.

            El fútbol no puede anclarse en los resultados del ayer, de esa forma el Villarreal fue capaz de ganar en su campo al Bayern Münich, precisamente este equipo nos lo estaban presentando como “un rodillo” invencible. Pues bien, tanto Unai Emery como sus jugadores se dedicaron a jugar con sus habilidades y al final del partido habían ganado por 1-0, incluso tuvieron más ocasiones de aumentar el resultado. ¿Y el próximo partido? Pues a disputarlo abiertamente con la mochila del 1-0 que no es “moco de pavo”. ¿Podría sorprender el Villarreal al Bayern? ¿Y por qué no…? La trayectoria de ambos equipos, los datos históricos, no acompañan la idea de que el equipo pequeño pueda superar al grande. En una disputa sin condicionantes, Villarreal eliminó al Bayern de Münich.

             Todos los aficionados están cautivos en que el pasado siempre parece ser mejor en nuestra memoria de lo que la realidad fue. Pero todos los partidos, todos los domingos, son una nueva realidad a la que hay que enfrentarse sin nostalgias mentales. Y es que no nos damos cuenta que la vida misma, menos el fútbol, no es una regla de tres, ni simple ni compleja; siendo la nostalgia, muchas veces, un elemento paralizador cuando debiera ser siempre una píldora recuperadora de nuevas realidades. Debemos liberarnos de la idea de que lo ya conocido no es lo único y verdadero, haciendo caso a Marcelo Proust: “El recuerdo de las cosas del pasado no necesariamente es el recuerdo de las cosas como en realidad sucedieron”. 

            28. abril. 2022.