Liderazgos invisibles.
“Sólo con el corazón se puede ver correctamente; lo esencial es invisible a los ojos”. (Saint Exupery, “El Principito”).
De vez en cuando, menos de lo que uno quisiera, recibimos alguna entrevista del máximo nivel sobre el fútbol, bien hablando con entrenadores o jugadores, que se explican transparentemente sobre lo esencial del mundo del fútbol.
Es el caso del artículo (Juan I. Irigoyen, Barcelona, 19.09.2023) tratado con profundidad inhabitual: “Hijo de inmigrantes turcos, Gündogan se ha convertido en el nuevo capitán de la selección alemana. - ¿Representa el símbolo de la integración? – Como alemán, pero de origen turco, tengo una perspectiva multicultural desde que he nacido. He vivido diferentes culturas y, obviamente, diferentes maneras de entender la vida. Después pasé siete años en Inglaterra. Y de nuevo, una nueva experiencia cultural. Eso me ha convertido en una persona más abierta, en alguien que ha aprendido más de otros seres humanos. Y me permite no solo entender más a la gente, sino también entenderme más a mí. Conozco mucha gente, por ejemplo, que nació en Alemania y solo vivió en Alemania. Lo mismo me pasa con personas en Turquía. Nacieron en Turquía y nunca se mudaron. No conocen otra cosa. Entonces les cuesta entender determinados aspectos de los extranjeros y de otras culturas. Creo que viajar es una de las cosas más importantes. Y, cuando hablo de viajar, me refiero a interactuar y experimentar con otras culturas. Porque cuando lo haces aprendes de la vida. Seguramente no te vuelves una persona más inteligente, pero sí alguien más empático”.
“Mi mentalidad es muy alemana. Entrenar duro cada día, ser consistente. Dar siempre la mejor versión de mí, tanto en los pequeños aspectos, que parecen poco importantes, como en los grandes, que sí lo son. Estoy muy enfocado en los detalles, en la disciplina… Gané muchos títulos en mi vida: Premier League, FA Cup. Champions League… Pero lo que me pasa es que, en lugar de sentarme y disfrutarlo, en lugar de celebrarlo y de vivir el momento, siempre que gano algo, me quedo pensando en cuál será el nuevo desafío. En cómo puedo hacer para motivarme y seguir mejorando. Y eso me da miedo de arrepentirme en el futuro, de no haberme tomado el tiempo necesario para poder disfrutar... Veo los entrenamientos de una manera similar a los partidos. No quiero hacer errores. Quiero que cada pase sea el correcto. Todo tiene que ser perfecto. Después de cada sesión comienzo a pensar: qué estuvo bien, que estuvo mal…”
“Si generalizamos, nos encontramos con dos tipos de futbolistas. Los que cambian el juego, que son los que marcan goles, realizan asistencias y hacen cosas especiales en el campo. En definitiva, los de los “highlights”. Y después están los futbolistas que no brillan tanto a nivel individual, que parecen invisibles. Pero que, si le preguntas al resto de compañeros, incluso a esos que destacan, te van a decir que son los más importantes. Los que hacen las cosas simples a todos. Los que mejoran a sus compañeros. Como Busquets, por ejemplo”.
Y le volvieron a preguntar a Gundogan: “¿En dónde se siente más cómodo: en el brillo o en lo invisible? - Creo que en lo invisible. Es más acorde a mi personalidad. No soy una persona que necesite la atención. No es importante para mí. Sé de lo que soy capaz y de lo que no. Para convertirte en un gran jugador, tienes que saber qué haces bien y cómo puedes hacer para introducir esas cosas que haces bien en el equipo. Soy un jugador flexible y adaptable, que puedo cambiar incluso durante un mismo partido, siempre en beneficio del equipo”.
Continuando: “¿Es una manera de liderar? - Un liderazgo silencioso. A veces parece que si no llamas la atención o si no gritas nunca te catalogarán de líder. Para mí un líder es el que cambia el ritmo del equipo, el que cambia la dinámica de un partido. Y no necesariamente tiene que ser ruidoso. Hay gente que habla mucho y nadie la escucha. Y, sin embargo, hay otros que hablan poco, pero cuando lo hacen todo el mundo les presta atención. Y esa característica es la que tiene que tener un líder”. – “¿A usted lo escuchan?” – “Hablo solamente cuando creo que hay algo importante que decir”.
Sin duda, el jugador Gundogan da muchas claves, que comparto, y de las que he escrito muchas veces: “Puedes jugar mal, pero si subes un vídeo de una buena acción la gente va a pensar que hiciste un partido increíble. Pero también tiene que ver con las nuevas generaciones: disfrutan más de este tipo de cosas. Tiras un caño y la gente dice “guau”, pero quizás ese caño no ayuda a ninguna situación del juego… Para mucha gente en nuestro deporte esto es un negocio. Y lo es especialmente para la gente se decide cosas y para los que son muy influyentes. Pero, para mí y para mucha gente más, el fútbol es una pasión. Amo el juego. Pero creo que cuando era joven lo amaba más que ahora”.
También manejó otras disquisiciones sobre la competición anual, los entrenadores y métodos que ha aprendido de otros técnicos, incluso las perspectivas para esta temporada. Pero sin duda, aparte el juego sólido que muestra en el campo de juego, Gundogan piensa bien y lo explica con precisión. Me encantó su pensamiento, seguramente acabará siendo un excelente entrenador o director deportivo. Y sobre todo porque se confirma que es “un líder invisible” de los que no estamos acostumbrados a escucharles…
26.Octubre.2023.