La magia de los equipos extraordinarios

08.09.2019 10:47 de  MAROGAR .   ver lecturas

“La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no es esencial”. Lin Yutang.

             El Real Madrid quedó “Campeón del Mundo” en la temporada 2018/19, dato absolutamente olvidado en estos momentos hasta por muchos de sus propios aficionados. Y, sin embargo, le pasan factura en la actualidad porque no consiguió el resto de objetivos como la Liga, Copa del Rey y “Champions League”, ésta la había ganado en cuatro ocasiones en los últimos cinco años ¿Hay quien da más? Y con la memoria borrada como los ordenadores de Bárcenas, el gran público propuso la fórmula mágica para reflotar al Real Madrid, se trataría de echar a toda la plantilla sin ningún respeto a méritos y trayectorias pasadas “cortando cabezas” en la plaza del pueblo, renovándola totalmente a base de fichar el máximo de jugadores, a ser posible los más caros del mercado. Por supuesto, una utopía que no repararía en gastos ni datos de gestión de una empresa consolidada, tampoco repararía en daños a las personas y sus propios intereses. En este ambiente de “vendetta”, se entró en un mecanismo de “círculos viciosos”, afortunadamente los responsables decidieron con realismo recuperar la magia de este magnífico equipo respetando a los que lo dieron todo no hace tanto y con una inversión de unos 300 millones complementar cualidades. 

            Incomprensiblemente, hasta el momento pocos han valorado este desembolso.  Para 2019/20 se confirmó la mayor inversión de todos los equipos de la Liga la formulada por R. Madrid, pero no hay ambiente de satisfacción ni confianza en el entorno madridista. Pongo por caso también cómo el Barcelona ganó la Liga pasada y, habiendo perdido en Copa del Rey como también fue eliminado en “Champions”, pareció que la Liga había sido un logro mínimo, lo cual resulta inaudito en este seguimiento tan despersonalizado de los aficionados. Hasta el punto de que Valverde estuvo a punto de ser repudiado. Sin duda unos comportamientos impresentables, ello denota una falta de educación deportiva alarmante.

             He profundizado para encontrar fórmulas razonables de aplicación, por supuesto sin centrarse en el dinero ni “pasar a cuchillo” a los jugadores que no rindieron en la última temporada. Y esta fórmula no es específica solo para los madridistas sino para todos aquellos equipos que compiten al máximo nivel, porque un equipo puede dejar de ganar sin saber muy bien las razones de fondo. Recurrí al coach Enric Arola, sinteticé algunas soluciones que encontré en su libro “La magia de los equipos extraordinarios”, aflorando pequeñas dosis de realidad. Lógicamente se hace necesario diagnosticar lo que no funciona bien en un ambiente de sosiego y transparencia. Para ello hemos concretado cinco atributos clave, cinco ingredientes que serían la esencia de los equipos con éxito: 1. Conectar; 2. Apuntar; 3. Brillar; 4. Soltar; 5. Tensar. 

            Un equipo de personas coordinadas entre sí, los grandes equipos suelen ser así, deben “conectarse” con la firme voluntad y capacidad de estar juntos, en intención y presencia, la confianza plena requiere un trato humano y no discriminatorio entre ellos. Con tres entrenadores desgastados en la pasada temporada y con una gran carencia de confianza por las críticas permanentes y tantos mensajes negativos (Caso Real Madrid), los jugadores están estresados sin que los aficionados sean conscientes de esos estados de ánimo, tantas veces se piensa que como los jugadores tienen generosos contratos deben ganar por decreto. Es posible que la desconexión haya existido y, en momentos específicos, cada cual haya optado por el “sálvese quien pueda”. Por tanto, esa misión es ahora fundamental, restaurar la confianza y las interrelaciones grupales. Ante nuevos objetivos ambiciosos, todos deben “apuntarse” de nuevo para asumir los nuevos retos.

            La Liga 2019/20 ya comenzó y algunos equipos no “brillan” (Barcelona, R. Madrid, Valencia), los resultados no han sido rotundos en su favor. En el Real Madrid tenía jugadores que no se sentían dentro del equipo y el ambiente interno deteriorado comenzó a brillar de nuevo con el asentamiento progresivo de la plantilla. La “meritocracia” comenzó a funcionar a través de las rotaciones en la plantilla, si bien todavía no es firme porque los resultados no han sido todos victoriosos. Y las decisiones de Zidane se siguen cuestionando todavía por cierto público y determinados medios agresivos en contra de cualquier decisión del entrenador o club. De lo que no está libre tampoco Valverde en Barcelona o Marcelino en Valencia.

             El Real Madrid necesitará tiempo para abandonar lastres pasados, hay quien piensa que no tiene potencial para ello por cuanto hubo pocas incorporaciones (Nula percepción de la mayor inversión realizada de todos los equipos de la Liga), sin embargo, Zidane con exceso de “buenismo” trata de ser el pegamento necesario para esta labor a la que los medios de comunicación contribuyen negativamente.  Los nuevos fichajes deberían representar la idea de adaptabilidad y flexibilidad, pero se necesitarán nuevos hábitos y supresión de los procesos caducos. El acto de “soltar” no será fácil porque prescindir de elementos y encontrar nuevas incorporaciones requieren de una adaptación que precisa de tiempo. Pero la paciencia es un bien necesario y actualmente se dispone de poco tiempo por lo que sería conveniente comenzar a ganar con mayor frecuencia… 

             El quinto ingrediente sería aportar riesgo y una voluntad inquebrantable para aumentar la mentalidad positiva. Es fundamental que se olvide el conflicto de intereses de la temporada pasada, aunque perduran aún las toxicidades acumuladas. Razonablemente, los responsables del club no han caído en la solución fácil de gastar y gastar para dar satisfacción a un entorno excesivamente “pedigüeño”. Y antes de “tensar” se debe “destensar” un ambiente dañino en contra del equipo. De hecho, las salidas de ciertos jugadores se le restriegan al club como si hubieran decidido en contra del equipo: Reguilón, Keylor, Ceballos, Kubo, etc. Mientras los que se quedan son el “desastre” del equipo, lamentablemente se cargan las tintas en un esforzado Lucas Vázquez, Nacho, Isco, y hasta el mismo Ramos.

             Ese exceso de debate arrastrará a muchos aficionados que nunca comprenderán aquello que no sea la pura victoria. El papel de Zinedine Zidane es capital en la recuperación de todos los intereses (jugadores y masa social), siendo de agradecer su paciencia y asunción de responsabilidades del club. A mí, personalmente, el liderazgo y gestión directa de Zidane está siendo de primer nivel, el otro día ante la pérdida de un balón que costó el empate de su equipo llegó a exclamar: “Hay que tirar el balón a tomar por saco”. Fue una salida arrebatada de algo que lo ve cualquiera, pero, sin embargo, se le achaca la responsabilidad de manera mal intencionada por cuanto los fallos individuales no son imputables a la labor de equipo ni a las competencias de un entrenador: “Es injusto culpar solo a una persona por el bajo rendimiento de un equipo”. 

            “Un grupo de personas que trabajan juntas puede llegar a ser un equipo de alto rendimiento, pero también una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento. Puede ser el paraíso, el infierno, o cualquier cosa que exista entre uno y otro”. Teniendo en cuenta que el “círculo vicioso” de los equipos requieren mucha paciencia para destruirlos: “Debemos ser muy cautelosos al valorar la efectividad de los equipos y, sobre todo, muy prudentes al repartir responsabilidades (en personas, o circunstancias) cuando no se está en la situación deseada”. La solución, después de vender a Cristiano Ronaldo, se complicó aún más, pero no consiste en gastarse el dinero existente a manos llenas (Criterio aceptado por la mayoría) sino en reforzar las relaciones grupales de todos los miembros de la actual plantilla, esté quien esté. El Barcelona erró en la reconstrucción de la marcha de Neymar al París Saint Germain y, desafortunadamente, no encontró un buen rendimiento de los fichajes de Coutinho y Dembelé, por otra parte, muy buenos futbolistas aunque comprados a precio de oro.

            Desde luego, “recuperar la magia” no lo conseguirán uno a uno, individualmente, y el sistema de asignación de responsabilidades utilizado por la prensa no favorece la unión porque en todos los partidos siempre aparece un “culpable” y un “salvador”, términos de la maldita individualización con la que nos desayunamos todos los días. Por eso, mi insistencia: “La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no es esencial” (Lin Yutang).

            Salamanca, 8. setiembre. 2019.