Reflexionemos, también, sobre algunas “fealdades” del fútbol. 

16.03.2023 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Lo de Pepe no es ninguna enfermedad. Ha reaccionado de una forma inadecuada a un sentimiento de frustración. Es normal en situaciones de presión acumuladas”. (Del Río).

            El mundo del fútbol también se mueve entre la nebulosa de la fantasía y la realidad. El pasado día 21 de abril de 2009 jugaba el Real Madrid contra el Getafe en el Santiago Bernabéu. De pronto, el central Pepe disputó un balón a Casquero dentro del área de penalti del Real Madrid. Un brazo que contacta, el delantero que se cae, y el defensa que se lía a patadas con el hombre que se cayó, algún puñetazo a otro jugador, insultos a un juez de línea y comentarios desafortunados. Pepe perdió la cabeza, Nadie lo entiende. Final del partido y declaraciones del defensa arrepintiéndose de todo lo que ha ocurrido. Se le ve confundido. ¿Qué pudo haber ocurrido? Nadie se explica aquellas reacciones. 

            Hubo otros momentos desafortunados: Juanito “pateó” a Lotear Matthaus en 1987; Maradona inició una tángana histórica pateando a Sola del Athletic de Bilbao; Stoichkov en el 90 pisó un pie al árbitro Urizar Azpitarte; Eric Cantona en el Manchester United agredió a un espectador en la grada; Roy Keane rompió la rodilla de un futbolista del City por haberle lesionado gravemente cuatro años antes; Zidane en 2006 golpeó con la cabeza a Materazzi perdiendo la imagen de jugador “manso” y deportista a ultranza; Diogo y Luis Fabiano se liaron a puñetazos dando un ejemplo lamentable en 2008 en La Romareda de Zaragoza. Y, seguramente, habrá muchos más ejemplos de esta pérdida de cabeza, transitoria, que sin duda afea el juego del fútbol.

           Metzelder declaró sobre Pepe: “Hay que dejarlo tranquilo, poco a poco volverá a ser el chico alegre que todos conocemos”. La gente del club habla de Pepe: “Es un chaval muy majo, pero joven y eso le impide controlarse. No lo hace para hacer daño, simplemente es tan seguro de sí mismo que va acelerado y acaba arrollando a todo el que se encuentre por delante. El problema es que no sabe controlar la fuerza y la potencia que tiene”. Un técnico que le entrenó comenta: “Puede ser una persona fantástica, pero si vas a 5.000 revoluciones saltas y acabas petando como un coche… Hay terapias con técnicas de relajación para eso”. Del Río, psicólogo del CSD explica: “El cuerpo le pidió dar rienda suelta a su frustración”.

            Pablo del Río, del CSD, sigue ilustrándonos: “Las terapias no son otra cosa que un entrenamiento psicológico. Igual que los deportistas trabajan la elasticidad y la fuerza, también pueden trabajar para controlar los impulsos a través de técnicas de relajación, respiración y pensamiento positivo”. Es fundamental que no criminalicemos estas situaciones, aparte de la sanción legal que le corresponda. Las personas necesitamos el máximo respeto, ése que se pierde con los demás sin llegar a entender las propias reacciones como ha sido el caso de Pepe.

          Esta reacción de “Mister Hyde” fue por algo concreto a partir de ser pitado el penalti: “En ese momento se dio cuenta de que el Madrid iba a perder la Liga. Podría haberse comido al árbitro. Se comió a Casquero y a Albín, Es lo que le pidió el cuerpo: dar rienda suelta a su frustración”. Y el propio Del Río nos recuerda a Roger Federer: “Es la tranquilidad hecha persona. Nadie se habría imaginado hace un año verle llorar como lloró en Melbourne (“Dios, esto me está matando”, dijo a Rafa Nadal), tampoco nadie se habría imaginado verle romper una raqueta como hizo en Miami. Esas cosas pasan cuando se produce un desgaste importante en el organismo”. 

           Esa es la cuestión. Son hombres, sujetos a emociones y a unas presiones de la competición muy importantes. Volviendo al niño Bastián, el protagonista de “La Historia interminable”, la visión de la realidad en un “Reino de Fantasía” no le priva de felicidad y positivismo, como le puede ocurrir a Pepe, en un deporte maravilloso como es el fútbol. Aquí se sigue moviendo entre la nebulosa de la fantasía y la realidad. La emoción del fútbol, sus pasiones, son tantas como los personajes que intervienen en este juego imprevisible.

           A estos efectos queremos recordar algunas frases de Antoni Bolinches en su libro “Los colores de la vida”: “Cuando cometes un exceso es porque necesitas compensar un déficit”. (…) “No podemos controlar los sentimientos, pero podemos controlar los comportamientos”. Todo ello contribuirá a la mejora del fútbol y que los déficits de los futbolistas los superen con entereza y buena dirección personal.

          16.Marzo.2023.