Los resultados, como la belleza, son difíciles de prever.

31.01.2023 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Lo bello es aquello que es inteligible sin reflexión”. (André Maurois).

            En el fútbol es una pugna permanente la consecución de objetivos, pero no existe una “relación causa-efecto” que permita poner en práctica soluciones del pasado con garantía de dar resultados iguales y permanentes. Quien no acepte estas sensateces un buen día se verá perdido en el mar de decisiones que se toman a diario con el pensamiento de ganar siempre.

            Gonzalo Reyes (La Tinta, 31. agosto.2018) escribió sobre Bielsa por otra parte un entrenador que me ilustra profundamente: “Se nos presentan dos obligaciones al dirigir un equipo de fútbol. En realidad, nos presentan una: hay que ganar. Y la forma de ganar dejó de ser importante”. Claro que, Bielsa es un entrenador que ha reflexionado siempre por encima de lo normal focalizando sus comentarios sobre el estilo de juego y sobre la vida: “Yo adoro al fútbol. Adoro al fútbol porque quiero a la gente que quiere al fútbol. Y la gente que quiere al fútbol, que a mí más me interesan, son los que encuentran en el fútbol una satisfacción que no consiguen de otra forma, es decir, los más pobres”. 

         (…) “Todos los demás tenemos un montón de alternativas para recrearnos. Pero los más pobres sólo tienen el fútbol. O lo que remplace al fútbol (en el mundo, es el fútbol). Entonces, a mí me cuesta aceptar que lo único que vamos a ofrecer son resultados. Porque si no le ofrecemos (a la gente) el fútbol como elemento estético, lo estamos empeorando como seres humanos. Porque la valorización de lo estético es una condición que tenemos los seres humanos vinculada con la sensibilidad, que no se puede ignorar. No se puede mercantilizar todo. Todo no puede ser según el mercado: el que gana es vivo y el que pierde es zonzo. La belleza también tiene algo que ver”.

          Y es que Bielsa cuando habla de fútbol no solo habla de fútbol. Es uno de mis objetivos permanentes cuando escribo mis ensayos de fútbol. Este es una percha para razonar sobre otras cuestiones mundanas. Bielsa pone énfasis en “la importancia de rescatar el valor de las formas sobre el resultado, del camino por encima de la llegada… Una vez más, nos habla sobre unos valores futbolísticos – y no solo futbolísticos – que quizás son intangibles, pero que, en alguna parte, nos importan y van a contramano de estos tiempos. Quizá por eso a todos nos provoca”. 

          “Estamos dispuestos a dar la lucha necesaria para resignificar este deporte que tanto amamos”, escribió Stephanie Simonetta en “Una despedida al fútbol como lo conocemos”. Suena desafiante. Y advirtió: “Es por tu propio bien: cuando finalmente derribemos el patriarcado, no queremos que vos también vueles por los aires” (…) “Leo sus palabras y no dudo: es una proclama bielsista”. 

         Entresaco del citado artículo otras ideas avanzadas que en otros foros sería imposible plantearse, sobre todo en esas pandillas de analistas que hacen programas deportivos con jolgorio tabernario, casi insultándose unos a los otros para contradecir los argumentos de todos ellos entre sí: “Hay que ser contrahegemónico, contracultural. Bielsa, guste o no, expresando esos valores que quizá son intangibles, pero que nos importan, es tan contrahegemónico como la propuesto de Simonetta. Defender un estilo de juego apelando a la importancia de la belleza sobre el resultado, por la relevancia que tiene el aprender a valorar lo estético para el ser humano, vaya si lo es”.

        Y confirmo de nuevo la dificultad de prever el juego bonito y los resultados que contribuyan. “A veces, Bielsa tartamudea, se detiene, revisa lo que dijo, lo que dice y lo que va a decir, y termina usando mil palabras para explicar su idea. Ha sabido admitir su falta de síntesis y, por eso, admira a Cruyff. Su pecado es, en todo caso, cuidar demasiado el uso y elección de las palabras y es por esto que no debemos confundirnos y desconocer que no es un detalle que Bielsa se refiera a “la gente que quiere al fútbol” para señalar a sus interlocutores válidos, a quienes pretende llegar con su mensaje, es decir, a aquellos que “encuentran en el fútbol una satisfacción que no consiguen de otra forma”. Y si bien nos repiten que esos locos que escuchan al Loco son pocos, cada vez son más. Somos más”.

         Sinceramente, es un placer encontrar ideas como éstas plasmadas ahí para contrastar, para encontrar matices en los que no es fácil focalizar: “Básicamente, todos amamos al fútbol, pero la pregunta debería ser cómo lo amamos y cómo nos relacionamos con él…” Y, por supuesto, el máximo respeto para ese aficionado que, todavía, nadie le ayudó a pensar en otros valores intangibles del fútbol…

         El día 7 de enero pasado jugaron Villarreal y Real Madrid. Partido con acciones más destacadas del Villarreal pero que, ganando 1-0 los amarillos, en un minuto hubo dos penaltis, uno en cada portería. Al final resultó 2-1, pero en vez de hablar del partido y de su evidente belleza en el juego por parte del Villarreal, todos nos dedicamos a dilucidar si los dos penaltis pitados por el árbitro eran o no eran, si el “trencilla” cumplió o no la ley. Lo más sensato fue esperar a la opinión de Ancelotti: “El fútbol ha cambiado también en este sentido. Hay una regla. Pitar los dos penaltis, por la regla, ha sido correcto, pero al aficionado del fútbol no le gusta esto”.

          Pocos días después, en la eliminatoria de Copa del Rey, el Real Madrid ganó por 3-2 en Villarreal cuando éstos parecieron superiores durante 60 minutos. Eliminatoria ventilada cuando todos los “opinadores” ya hacían una “queimada” con los madrileños, en una esperada y fea “Noche de Brujas”… Pero, una vez más, los "Realistas" aparecieron y en este caso con dos buenas actuaciones de Asensio y  Ceballos, éste marcando el gol de la victoria y dando dos buenos pases en los goles anteriores.

         31.enero.2023