Una belleza es el fútbol; también las sutiles acciones técnico-tácticas. 

22.03.2023 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”. (Leonardo da Vinci).

1.- Una belleza singular en el fútbol es una conducción de Messi, quebrada, con sus trayectorias imprevisibles que pocos defensores neutralizan, ninguno puede contactar defensivamente ni con el jugador ni con el balón. Gambetas, manejos de pelota, tiros precisos, goles…

2.- Una belleza explosiva cuando Cristiano Ronaldo tiraba de distancia a portería, golpeo perfecto con el empeine interior, extendido al límite, marcando sus magras masas musculares, acciones que extasiaban, que nos embelesaban si culminaban en gol.

3.- Una belleza indescriptible cuando Maradona enfrentaba a los oponentes, se perfilaba en plena disputa, amagaba hacia el lado contrario y con “un cachete” al balón de interior de pie, de arriba abajo, sorprendía al defensor. Flexible, elástico, creativo, innovador, goleador…

4.- Una belleza aquel intento de recibir el esférico dentro del área, el defensor intuía los tiempos de control del delantero pero éste, de repente, dejaba fluir y rodar la pelota sin tocarla, amagando, el bravo defensa se quedaba sin recursos para la interceptación, el control fintado de Benzema moviéndose como un junco confundía irremediablemente a defensores avezados.

5.- Una belleza la figura estirada del portero para evitar el gol. Apariencia de que las manos bloquearían el balón sin esfuerzo, dejando marcado el molde a contraluz, de pronto el tiro rebotaba en un central y la trayectoria inicial se viciaba, la biomecánica del portero Courtois se modificaba en décimas para conseguir un despeje casi imposible de pelota, con los pies.

6.- Una belleza aquel aplomo del Rey Pelé acariciando el balón, conduciéndolo, ralentizando, temporizando, bien un pase, bien un regate, bien una penetración, bien un tiro de distancia, mientras los defensas no calibraban con certeza si entrarle, si empujarle, si agarrarle, si tirarle al suelo. Utilizaba los perfiles de manera indefendible, sorpresivos cambios de ritmo, remates de cabeza, controles en el aire con el pecho, un espectáculo excelso frente al gol.

7.- Una belleza aquel Cruyff que pululaba en toda la punta, el “flaco” unas veces delantero centro, otras veces extremo izquierdo, desde donde centraba con exterior de pie derecho, avanzaba amagando, penetrando en velocidad, abriendo huecos para sus compañeros. Y aquel regate por la espalda echado a la banda, amague y engaño todo en el mismo sobre, versatilidad, velocidad máxima, eficiencia goleadora tras driblings.

8.- Una belleza inolvidable, gestos “exagerados” de Ronaldinho, mirando a un lado y pasando al contrario, un regate, un cambio de velocidad, una “elástica” engañando al defensor de turno, un pase de exterior del pie, un tiro a puerta, un túnel, una larga conducción sin que nadie le intercepte, siempre con la sonrisa en los labios.

9.- Una belleza sin par contemplar los movimientos frontales de Ronaldo Nazario después de sus característicos desmarques “circulares”, potencia controlada, conducciones eternas con regates sucesivos, y llegadas al área contraria para marcar, un portento de eficacia menos en remates de cabeza, imbatible con el balón…

10,. Una belleza la evolución de Modric con el balón en los pies, un genio en envase pequeño, maestro del golpeo con exterior del pie derecho, visión, pase, regate, tiro a puerta con ambas piernas, recorridos maratonianos, goles sorpresivos. Un cuerpo siempre en acción, sin apenas lesiones, un ejemplo de juego a la vez metódico y creativo.

11.- Una belleza el disfrute de la pausa, metrónomo, control y pase en la misma acción, función de medio centro ubicado entre centrales, triunfo del “lenticismo” físico que heredó de Guardiola, adaptado sin igual al juego de posesión en boga. Busquets ejerció al máximo nivel con sus limitaciones físicas, adaptadas a su acondicionamiento técnico.

12.- Una belleza indiscutible la gestión del fútbol del “falso lento” Zinedine Zidane. Indescriptible el despliegue técnico para el manejo, control, cabeza-periscopio, imposible arrebatarle la pelota, ocupando los espacios y ofreciéndose al compañero como garantía de un juego infinito, juego preciso en un cuerpo armonioso, equilibrado. Imposible olvidarnos de aquella volea estelar (después de pase bombeado de Roberto Carlos) creando la “Novena Sinfonía” del Real Madrid en “Champions League”.

         20. marzo.2023.