"Cinco "CES" del éxito".
Cualquier directivo, entrenador o futbolista, precisan de unas cualidades específicas para su desempeño singular. Los futbolistas tienen una necesidad permanente de superación por cuanto los retos están ahí, cada partido es una lucha y los grandes equipos suelen disputar hasta tres partidos en una semana. Aparte de las superaciones personales, es fundamental que la individualidad quiera colaborar con el equipo para lo que es necesario interrelacionarse cada uno de los miembros con todos los demás. De hecho, la presión creciente de la competición se lleva mucho mejor con tales colaboraciones. Por ejemplo, fue muy interesante que el Barcelona siguiera ganando a pesar de la dilatada ausencia de Messi como consecuencia de su lesión. Y que haya superado otras cuestiones que le afectan como la lesión de Puyol; o la crisis directiva. Del mismo modo, el Real Madrid recuperó a Xabi Alonso y después de haberse encaramado en la primera posición de la Liga, todo lo perdió en dos jornadas celebradas tan solo en tres días. Son muestras de que los grandes equipos precisan de cinco “CES” para superarse: 1. Carácter; 2. Carisma; 3. Compromiso; 4. Competencia; 5. Coraje. Son factores que precisan de una profundización práctica.
El fundamento del liderazgo es el carácter y no el carisma, ambos necesarios al fin y al cabo. Una personalidad encantadora no es suficiente para un liderazgo efectivo. Fijémonos en ciertos entrenadores, excelentes personas, pero no garantizan buenos resultados. Tampoco sería justo asegurar que los entrenadores “ malas personas” consigan mayores éxitos. Carlo Ancelotti, sobre todo después de la derrota contra el Atlético de Madrid, demostró su personalidad de “pacificador”, no hicieron responsables públicos a sus futbolistas ni tampoco de pasadas derrotas. Sin embargo, la prensa suele señalarle como “un bien queda”, frase despectiva sobre todo para un dirigente. El temperamento personal se va cincelando con el tiempo y, después de haber leído su último libro “Mi árbol de Navidad”, más sus comportamientos en los momentos de derrota, percibo un talante conciliador, un hombre que trata de integrar, disimula “los cabreos” y no se manifiesta permanentemente preocupado por aparentar “exigencia”…
El “carácter” es lo que realmente eres y no lo que la gente dice que eres… De ahí la “reputación” asignada por el entorno; de hecho, unas veces te defenderá y otras te enterrará… Personalmente me siento incómodo cuando se le fuerza a Martino a decir cosas que no siente, o al menos no quiere expresarlas públicamente. Ha soportado críticas fáciles sobre “el cambio de estilo”; sobre su decisión de que “el próximo año no continuará”; sobre su mala relación con “Xavi o Iniesta” simplemente porque los ha rotado con frecuencia en las alineaciones; o que “no contaba con Neymar, Alexis o Pedro” porque no los alineaba sistemáticamente… Y ha tenido que elaborar un discurso “defensivo” para sobrevivir en las ruedas de prensa… El liderazgo no es un concepto académico tan solo, porque los colaboradores, los subordinados, los analistas te aceptan o te rechazan; otra cuestión es que te respeten tan solo porque eres el jefe que mandas. No hay un solo estereotipo de líder, Simeone ha sabido granjearse autoridad, con su directiva, los aficionados, sus jugadores y, sobre todo, los profesionales entrenadores que le respetan sobremanera. Claro es que ha ganado y la prensa le ha respetado maneras de hacer que a otros no se les ha permitido en otras ocasiones. Su manera de comunicar, de transmitir, de trabajar, es muchas veces anodina por repetitiva. Pero es una pose… Y se la han permitido, lo que a otros no se les perdona.
En la banda, el vulgo interpreta un estilo colérico que tanto gusta a ciertas masas, órdenes a mansalva, exigencia verbal y gestual… No hace falta recurrir a la Biblia para que establezca los cuatro temperamentos distintos de los líderes: Colérico; sanguíneo; melancólico; flemático. Todos ellos distintos, casos únicos, todos válidos según equipos y circunstancias. Simeone puede ser un ejemplo de los dos primeros estilos y no contempla aspectos de los dos finales, quizás es más bien flemático en las declaraciones después del partido… Hasta he visto asegurar que el liderazgo no es cuestión de personalidad, al parecer no es mejor o peor ser extravertido, sanguíneo o colérico… Pero sí es absolutamente necesario tener “carácter”, algo común a todos los líderes que se precien. Si un entrenador de fútbol no tuviera un determinado “carácter” llegaría un momento que sus “defectos” (Por el juicio de la gente que no profundiza) desencadenarían su caída. Por eso la “credibilidad” es fundamental: a).Tienen un mensaje digno de recordar. b). Tienen un estilo de vida digno de considerar. c). Tienen una fe digna de imitar. Eso sí, las victorias resuelven las dudas y maquillan, otras veces, los defectos. Pero todo tiene que ir acompañado de un latente “compromiso”… A veces, un “carácter” displicente puede equivocar como es el caso de Bernardo Schuster que es un caso paradigmático de ese tipo de entrenador que parece que las cosas no van con él. Seguramente es una equivocación percibida desde fuera…
Iniesta, de niño, era muy madridista y acabó en “La Masía” por lo que él ya no se ve en otro equipo que no sea el Barcelona. Pero es que en un deporte tan profesionalizado hay que ser “competente”, el voluntarismo no da para mucho más, no basta, es insuficiente. Es cierto que muchos futbolistas no rinden en un determinado equipo y, sin embargo, hasta son llevados a la Selección jugando en otros equipos… Lo que demuestra que no siempre los problemas son de competencia sino de adaptaciones a un estilo en concreto, a una misión, a una forma de ver el fútbol bien por los entrenadores como por los futbolistas. Del mismo modo, el “coraje” responde a ese entusiasmo fuera de lo común, a esa fuerza generadora de motivación, de voluntad, de superación de las dificultades… “El mundo está en manos de la gente capaz de ver las transformaciones del presente, de la gente con coraje para vivir sus sueños, cada cual de acuerdo con su propio talento” (Las Valquirias). Cuantas veces un equipo hizo todo bien pero fue superado por el oponente, normalmente porque son superiores en un determinado campo competitivo: Mejor defensa, mejor ataque, más creación de juego, ve tú a saber… En estos casos, quedaría aceptar la superioridad del contrincante y tratar de mejorar en próximos enfrentamientos. Al margen de un mal arbitraje, una mala decisión, una provocación del contrario a destiempo.. Siendo el “carácter”, el “coraje”, el que aporta ese algo mejor que hasta ese momento no surgía por parte de ningún individuo del equipo…
Son cinco “CES” que pueden aflorar en todos y cada uno de los protagonistas. De no ser así, los equipos se ahogan en sus carencias y es muy difícil que quieran resurgir cuando la media de sus miembros no les llega… Las “cinco CES” nos aproximan, o nos alejan, al éxito… ¿Cuántas “CES” aportaron los futbolistas de Barcelona y Atlético de Madrid en su confrontación de “Champions League” para llegar al empate a uno…? ¿El Real Madrid superó al Borussia de Dormund ayer por su victoria con tres excelentes goles aportando todos los futbolistas esas “cinco CES” fundamentales? ¿La Liga española acabará ganándola el equipo que mejores condiciones mentales aporten de las “cinco CES” mencionadas…? Los repito una vez más, yo que he echado en cara a Barcelona y Real Madrid su falta de carácter en sus enfrentamientos anteriores, sobre todo con los equipos alemanes del año pasado. Por tanto, es hora de apostar más que por las condiciones técnicas o los sistemas tácticos más sofisticados: 1. Carácter; 2. Carisma; 3. Compromiso; 4. Competencia; 5. Coraje. Con sus diversas variantes…
MAROGAR (3.abril.2014)