Algunas sugerencias para jugar un fútbol simple.

14.08.2019 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

1.- Fichar, prioritariamente, a futbolistas cooperativos que dispongan de un gran sentido del trabajo en equipo. Dando prioridad a jugadores leales y amigos entre ellos, dentro y fuera del campo de juego. Los egos se liderarán para que las relaciones discurran solidariamente. Porque todos se dedicarán al equipo y no a las estadísticas que priman la individualidad. “La simplicidad es la clave de la brillantez”, dijo Bruce Lee. 

2.- El juego con el balón fluirá mejor con futbolistas de “buen pie”. El control, el pase, el regate, el desmarque, los apoyos, la visión del juego, etc., son algunas herramientas imprescindibles. Por supuesto, la precisión es un factor discriminante positivo para practicar el mejor juego del fútbol.“Es posible reconocer la verdad por su belleza y simplicidad”, según Richard P. Feynman. 

3.- Los futbolistas estarán entrenados para ganar y, también. para perder.  Al mismo tiempo, que distingan la velocidad y la pausa sabiendo alternar los momentos del juego, que elijan jugar por dentro o por fuera según las circunstancias, con capacidad para entender que el balón no se puede perder alegremente con regates inútiles cuando se disponga de apoyos amigos. “La búsqueda de la simplificad nos ha de permitir volver a pensar en todo, no sólo en las áreas problemáticas”, dijo Edward De Bono.

4.- Todos los miembros del equipo distinguirán, como equipo cohesionado, entre dar satisfacción a la grada o realizar sus misiones fundamentales sin presunciones individualistas. Aceptando que las interdependencias y los compromisos entre unos y otros deben encaminarse al mejor transcurso del juego, a no dejarse arrastrar por el barroquismo del toque por el toque, huyendo de la borrachera de un juego pretencioso sin urgencias por golear. “Si tu mente está consumida con demasiados detalles, estos te distraerán y te harán caer. Simplifica tu vida y no des mucha importancia a las pequeñas cosas. ¿Qué importancia tienen?”, pudimos leer en “El poder”, de Rhonda Byrne.  

5.- El balón es el cofre del tesoro. Y debe conseguirse el mayor tiempo posible para llevar las iniciativas necesarias en el juego. El ataque será la premisa permanente y un objetivo exclusivo para conducir el balón a las mallas contrarias. Cuando el balón sea ajeno, los jugadores contrarios deben sentirse presionados, atacados reglamentariamente, para que se genere la inmediata transferencia de la pelota si cometen errores provocados. “¿No es la absoluta simplicidad lo que más maravilla de un genio?”, reflexionó Hoffmann. 

6.- El entendimiento de que los árbitros pitan a su albedrío legal y, por tanto, no deben interferir en nuestra mentalidad, será sustancial al buen futbolista. Las decisiones, del signo que fueren, nunca frustrarán las actitudes mentales centradas en el puro juego, el respeto de las reglas es fundamental para un buen fútbol. “El súmmum de la práctica lleva a la simplicidad. Una práctica a medio camino lleva a lo ornamental”, según “El Tao del Jeet Kune Do”, Bruce Lee”. 

7.- El partido, porque se den 40 pases combinados en cada jugada no es la quintaesencia del fútbol bien jugado. Será muy estético, apabullará a los contrarios si éstos no consiguen la pelota, pero tanto pase también tiene los riesgos de las pérdidas ante cualquier equipo que disponga de unos futbolistas aguerridos, inteligentes, y comprometidos con una buena defensa. “En el caos busca la simplicidad y en la discordia la armonía”, Bruce Lee, mensajero de lo simple. 

8.- Porque el fútbol bueno no será dogmático, ni dependerá sólo de un goleador maravilloso o de una jugada ensayada que tanto entusiasma al periodismo… Porque ganar un partido tendrá el mismo valor goleando al minuto 1 o en el tiempo añadido. Pero, lo más importante, siempre será jugar en equipo, asociándose, tratando el balón con el máximo respeto y encontrando desmarques de compañeros que den continuidad al juego y, como valor último, procurando la resolución en la portería contraria. Eso sí, el esfuerzo debe sumar por igual por los 11 componentes. “La simplicidad es una especie de transparencia en la que matices sutiles pueden tener inmensos efectos. Cuando todo es visible y parece una simpleza, los detalles adquieren un mayor significado”, David Byrne en “Cómo funciona la música”.

9.- Y mi alma futbolística se resiente cuando escucho la simpleza más imbécil del fútbol: “¡Ganar, ganar, ganar y ganar…!” Incluso, otros sabios futbolísticos, prefieren aquello antes que jugar bien. O sea, se repite una y otra vez esta utopía que aún se la creen muchos aficionados y periodistas.Porque nunca un partido de fútbol se ganó sin jugar bien. “La simplicidad es una cuestión de gustos”.

10.-Todavía hay quien ostenta la premisa de que jugar un fútbol simple es llegar a la portería contraria de manera vertical, en uno o dos toques, olvidándose de los apoyos al poseedor, sin preparar el juego y atravesando por el aire las líneas centrocampistas del bloque-equipo, todo muy acelerado, con velocidad fingida, sin apenas entendimiento del juego de combinación, dirigiendo el  balón hacia adelante con “patadas a seguir” con lucha por los “segundos balones”, sin pretensiones de “jugar bonito”, y con la idea falaz de “ganar como sea”… “Busca la simplicidad, pero desconfía de ella”, Alfred North Whitehead, “El gen”, de Siddhartha Mukberjee.  

11.- Nunca el gol tuvo cánones concretos de cómo conseguirlo. Unas veces será de jugada en paredes, otras de regates dentro del área, las menos de remates a la primera con pases de compañeros o rebotes de los contrarios, de vez en cuando de tiro de distancia o remates de cabeza después de saques de esquina rifados al punto de penalti. Si viniera al caso, el fútbol simple también permitiría goles de puntera… “La simplicidad es la complejidad resuelta”, concretó Constantin Brancusi.

Salamanca, 14. agosto.2019.