Fútbol apasionado que deja huella. 1 de 2.

27.02.2022 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan. (Rousseau).

             El fútbol de los estadios necesita de un relato, de una manifestación escrita que haga perdurar las impresiones tan bellas y tan apasionadas. Decía Claudio Pombinho, en 7 de junio de 2014, “Todo comenzó en 1880, cuando Rudyard Kipling manifestó su repudio por el fútbol y por “las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los idiotas que lo juegan”. Más tarde, el desprecio provenía de Jorge Luis Borges, “el fútbol es popular por la estupidez es popular”; o aquella otra que relataba: “veintidós tontos corriendo detrás de una pelota”. Afortunadamente son opiniones, una más, que gente tan prestigiosa como Pasolini, Sartre, Camus o Nabokov no las comparten y nos elevan la moral con sus precisiones. Eso es lo bonito de la vida, es lo bonito del fútbol, que se viertan distintas opiniones encontradas, con mayor o menor respeto. Cuenta Pombinho que “uno de los primeros en tomar al fútbol como inspiración para la literatura fue Horacio Quiroga: en mayo de 1918 encontró en la trágica historia del jugador uruguayo Abdón Porta (quien se quitó la vida con un disparo en la sien una madrugada en el centro del campo de juego de Nacional de Montevideo)… cuota de drama y sinsentido suficiente como para escribir el relato “Juan Polti, half-back” (También conocido como “Suicidio en la cancha”).

            Escribió Roberto Arlt de la final de la “Copa América”: “Ayer fue el primer partido de fútbol que vi en mi vida, es decir, en los veintinueve años de existencia que tengo… He aquí lo que vi. Un negro que vendía un paraguas abollado para librarse del sol. Un regimiento de chicos que vendían ladrillos, cajones, tablas, naranjas, manzanas, bebidas sin alcohol, diarios, retratos de los “footbalistas”, caramelos, etc., etc. Un jugador argentino dio una costalada, Cherro erró un goal; de pronto suenan aplausos y en la pista de “Las oficiales”, más aplausos a granel. El “Torito de Mataderos”, pasaba entre una barra de admiradores… Las gradas están negras de espectadores… Había una cosa que me llamó la atención y era el agua que continuamente caía de lo alto de las tribunas. Le pregunté a un espectador por qué hacían ese regalo, y el espectador me contestó que eran ciudadanos argentinos que dentro de la constitución hacían sus necesidades naturales desde las alturas”.

              “Albert Camus y Vladimir Nabokov también fueron arqueros en los equipos de la Universidad de Argel y Cambridge, respectivamente, y los dos dedicaron palabras elogiosas al fútbol: “Después de muchos años en que el mundo me permitió diferentes experiencias, lo que más supe, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”. También el escritor y dramaturgo austríaco Peter Handke se declaró un enamorado del balompié y, además de su novela “El miedo del portero al penalti”, dedicó una obra de poesía concreta a la alineación del F C Nürnberg. El existencialista francés Jean Paul Sartre manifestó alguna vez que “el fútbol es una metáfora de la vida”, a lo que el filósofo italiano Sergio Givone respondió: “La vida es una metáfora del fútbol”. Pero quizás el más entusiasmado con este deporte fue otro italiano, el poeta y cineasta Pier-Paolo Pasolini, quien llamó al calcio “La cosa più bella del mondo”. En un artículo que escribió en 1971 titulado “El fútbol es un lenguaje con sus prosistas y sus poetas”, sentenció: “El fútbol es un sistema de signos, por lo tanto es un lenguaje”.

             “Hay momentos que son puramente poéticos: se trata de los momentos de gol. Cada gol es siempre una invención, es siempre una subversión del código: es una ineluctabilidad, fulguración, estupor, irreversibilidad. Igual que la palabra poética. El goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año” (…) “El sueño de todo jugador (que todo espectador comparte) es arrancar del centro del campo, driblear a todos y marcar. Si dentro de los límites permitidos cabe imaginar algo sublime en el fútbol, es precisamente esto. Pero no. Es un sueño, algo que no sucede jamás”.

            27. febrero. 2022.