“Citaciones” a niños para el partido, un error a solucionar por los formadores…
“Una cosa era cometer un error. Otra cosa era seguir cometiéndolo”. (Jodi Picoult).
Una carta de una madre fue publicada en Linkedin, y fue leída por más de 700.000 personas: “Hoy, mi hijo de 9 años me ha contado un problema y no he movido un dedo para solucionarlo”. Al parecer, su hijo no fue convocado al partido de fútbol en el que se jugaba subir de categoría. Asegura su madre, Lorena, que no había nada que consolara a su hijo por no poder jugar “el partido más importante del año”.
Dijo su madre: “Hubiera sido muy sencillo escribir a su entrenador y contarle lo afectado que está. Pedirle por favor que si alguien se da de baja, le convoque al menos como suplente de suplente. Que lo saque, aunque sea 5 minutos al campo. Solucionar este problema es muy fácil”. Sin embargo, decidió no hacerlo. ¿Por qué? El motivo es que su hijo aprenda a enfrentarse a la frustración de cara a un futuro debido a la sociedad competitiva por naturaleza en la que vivimos: “Pasamos tanto tiempo preparándoles para triunfar en la vida que a veces se nos olvida que es igualmente importante prepararles para el fracaso, que es el otro lado de la misma moneda”.
En mi etapa de entrenador de niños o jóvenes en edad juvenil, me tuve que enfrentar a parecidas situaciones y no es fácil encontrar a padres comprensivos. Más bien todo lo contrario. Personalmente, ya en los años setenta, mis equipos tenían normas sencillas pero una era de “obligado cumplimiento”, se trataba de que a los partidos a jugar iban citados todos los jugadores, el total de la plantilla. En alguna ocasión, algún joven quiso ir en contra de la norma porque, al ser un partido que se celebraba muy temprano, así podía “quedarse en la cama”, aspecto que algunos padres aplauden a veces. Pero nunca caí en esa trampa acomodaticia, la razón fundamental de citar a todos al terreno de juego era que de esa forma todos los jugadores mantenían la ilusión por jugar el partido del domingo durante el fin de semana. Una hora antes de empezar el juego, daba la alineación titular y los suplentes. Los que no contaban para el partido de ese día se mantenían junto al equipo, convivían, ayudaban a sus compañeros para vendarles o aportarles un esparadrapo, traerles agua, aportarles una cinta para el pelo, etcétera. Y, por qué no, animaban a sus compañeros desde la banda. Si por el contrario, los jugadores quedaban excluidos con la citación del viernes, es posible que ese fin de semana no hicieran vida de deportista, que no durmieran las horas adecuadas, teniendo en consideración también que hubiera bajas por enfermedad o asuntos familiares de sus compañeros. Por otra parte, muy común en esas edades. Es una máxima que siempre respeté y, una vez implantada, todo son ventajas para el colectivo.
Y para mí sigue siendo inaudito que jugadores niños, sigan manteniendo el “sistema de citación” al partido siempre y cuando no haya que viajar fuera de la ciudad. Es un error histórico que nadie corrige. Es una parte desconocida y fea del fútbol juvenil que “deforma” la convivencia y la educación deportiva. Digamos que sería tan grave como que un jugador que no ha entrenado durante la semana, luego vaya el entrenador y lo ponga de titular en el partido salvo enfermedad de sus compañeros.
12.marzo. 2023.