¿Relación entre "intensidad y posesión" en el fútbol...?

08.09.2014 18:08 de  MAROGAR .   ver lecturas

“No podemos resolver problemas con la misma forma de pensar que cuando los creamos”. (Albert Einstein).

Real Madrid y Atlético de Madrid jugaron dos partidos en el mes de agosto pasado para dilucidar la “Supercopa de España”. Los actuales Campeones de Liga, Atlético de Madrid, ganó por dos goles a uno (Primer partido con empate a un gol; segundo partido uno a cero a favor de los atléticos). Las corrientes informativas actuales enfocan con excesivo énfasis el concepto “intensidad” sobre el juego del Atlético de Madrid. Vaya por delante que su victoria fue razonable porque, sin duda, puso más a contribución de la victoria. Yo me atreví a “tuitear” con cierta ambigüedad: “Nueva milonga. ¿Cómo se mide la intensidad de un equipo con el 38% de posesión de balón?”. Como era de esperar, otro “tuitero” con acusado perfil atlético me contestó haciéndome varias precisiones y asegurando que yo estaba confundiendo términos y “confundía la velocidad con el tocino”. No me prodigué más por cuanto ni cien “tuit” hubieran cambiado la idea prefijada del “tuitero” que adivina mi comentario inicial como si cuestionara la victoria atlética.

A este respecto, me parece necesario clarificar conceptos sin partidismos previos. Angel Cappa, hace unos años, insistía sobre las modas que aparecen en momentos sobre el fútbol en aquella ocasión se insistía mucho sobre “la presión”; “la agresividad”; “la concentración”… Él siempre se preguntaba: “¿Para qué se presiona si luego no hay un plan previsto para cuando se posee el balón?”. El Barcelona de Guardiola, equipo menos goleado en varias temporadas, no tenía el sello público de equipo “intenso”. En el último libro de Perarnau, “Herr Pep”, relata que el Bayern de Münich había recibido 7 goles en los primeros 14 partidos y, sin embargo, yo nunca escuché que el equipo alemán fuera tan “intenso”… Este concepto puede estar diluido en el entendimiento de que ser “intenso” consiste en esforzarse, en correr muchos metros, en defender, en pelear con el contrario, en disputar… Guardiola manejaba los ritmos del equipo, las acciones, tanto con balón como sin él. Cuando superaba el 65% de posesión en la mayoría de los partidos, el 35% de tiempo restante lo dedicaba a recuperar jugando con una defensa adelantada presionando al contrario y llegar a la posesión. Y era en ese 65% de posesión cuando la potencialidad de disponer del balón la utilizaba para manejar los ritmos, la velocidad del juego, los espacios, la iniciativa… Pero la “intensidad” del Barcelona era mayor precisamente con balón. La diferencia de “tiempos de intensidad” era manifiesta… Pero no podemos caer en la trampa de pensar que sólo eres intenso cuando persigues el balón y a los contrarios…

En los partidos citados anteriormente, el Atlético de Madrid tuvo el balón en su poder en torno al 38%, casi igual en los dos partidos. En el primer encuentro, hizo muchas faltas persiguiendo el balón, llegó muy pocas veces a portería contraria, su actitud en el partido fue de equipo menor y marcó el gol del empate en un saque de esquina por un defecto general de marcaje. En el segundo partido, el Atlético ligó muy bien la primera jugada del partido y marcó el gol que le daría el triunfo. Después, sacrificio, marcaje, repliegues intensivos a su propio campo, aguantaron sin embargo los ataques del Real Madrid y defendieron muy poco con balón. Por tanto, “su intensidad” fue defensiva, sin balón en la mayoría de las acciones reduciéndose a un 38% la posible intensidad con balón que, para mí, nunca ejercieron. ¿Esta fórmula es ganadora e “intensiva”…? Para esta eliminatoria si le resultó pero, a lo mejor, contribuyó la ineficiencia del equipo contrario que no ejerció correctamente su potencial de ataque. ¿Se discute en este caso la victoria del Atlético de Madrid? Yo nunca lo haría, ganaron merecidamente en esta ocasión pero no me gustó su estilo en bastantes fases del partido… Tampoco me gustó la “comodidad” del Real Madrid jugando burocráticamente a la espera de que llegase el gol más tarde o temprano. Desde luego tampoco fue demasiado “intenso” en su juego y en sus mayores posibilidades de victoria. Curiosamente, al “Cholo” Simeone no se le critican las formas “agresivas” y se le presenta como prototipo de entrenador moderno e “intenso”. Ello puede ser un subterfugio que oculta una actitud de “resultadismo” que, por otra parte, le está dando resultado a su manera. Aunque yo no lo comparta, los hechos y resultados están ahí…

Por tanto, a mayor posesión se puede utilizar mayor intensidad en el juego sobre todo con balón. Y a menor posesión, mayor intensidad en la persecución y en el desgaste físico para cerrar espacios; pero es una intensidad baldía que provoca a su vez desgaste psicológico, se cometen numerosas faltas y por comparación con el contrario te lleva a pensar que se es inferior… Como se va acumulando cansancio precisamente en la fase defensiva, cuando se consigue el balón no se tienen las ideas tan claras. Por tanto, sería una figura retórica que a menor posesión más intensidad… Esa era mi apreciación resumida en un “tuiter”. ¿Con el 38% de posesión se puede ser tan “intenso” como dicen?. Con mi lógica futbolística me resultan a veces empalagosos tantos “juegos florales” hacia el estilo Simeone… Pero acepto que, mientras gane, la fórmula seguirá subiéndose a los altares.  Así que mi visión no confunde “velocidad y tocino” y creo haberla ampliado para entendimiento general. Y, sinceramente, existe una relación clara entre “intensidad” y “posesión”. Por supuesto, de un 62% de posesión fue el Real Madrid quien no supo sacar el máximo provecho, su falta de “intensidad” aumentó la percepción del contrario. ¿O no…?. Tanto la “intensidad” en los tiempos de posesión, como la actitud de querer ganar con más acciones de ataque, con velocidad y movimientos de balón y hombres, con mejora de la precisión en la puerta contraria, etc. Creo que manejar ese concepto en las fases defensivas de no posesión es utilizar el potencial posible de manera parcial. Sinceramente, mediante acciones negativas será muy difícil ganar a medio y largo plazo si no se aportan otras cualidades…

Para mayor abundamiento, (Marca, 8.setiembre.2014) publicó un buen artículo de David G.Medina: “Día 3 de abril Getafe-Atlético. Un pase de Adrián al segundo palo acaba con Diego Costa conectando el balón al fondo de la red. Por el camino, cierto es, el punta casi se deja media pierna contra el palo. El tanto, además de acercar la Liga al Vicente Calderón, supuso  el último gol en jugada con el pie que han marcado los rojiblancos en el campeonato de la regularidad. Desde aquel día, hace casi cinco meses, los de Diego Pablo Simeone han sido incapaces de volver a marcar trenzando una jugada. Siete partidos completos, más de 630 minutos, una eternidad para uno de los grandes de España… Por el camino cayó el título de Liga, cierto es, pero si acabó en las vitrinas del club del Manzanares fue gracias, en buena medida, a la brutal eficacia rojiblanca a balón parado…” Es una muestra más de lo que estamos analizando. Al mismo tiempo, el tipo de arbitraje puede favorecer uno u otro estilo, y no todos los árbitros distinguen la agresividad deportiva, la presión, la intensidad defensiva del juego sano, transparente, competido… En un partido de fútbol, entre un martillo y un yunque yo prefiero ser martillo, aunque el yunque aparente más resistencia.  El Atlético de Madrid está siendo un ejemplo de equipo sacrificado, cooperativo, tácticamente preparado para quitar en bloque porque juegan muy juntos y coordinados, corriendo muchos kilómetros cada jugador. Y esa labor de equipo es importante de conseguir porque hay una comunión colectiva entre entrenador, jugadores incluso aficionados. Por tanto, la “intensidad” sin balón es un factor instrumental. Pero debe haber un plan más creativo cuando se dispone de la pelota con la que también se puede jugar intensamente…

Y esta cuestión no es potestativa solo del Atlético de Madrid… Por eso, en este mes de setiembre, de esta nueva Liga 2014/15, los equipos aparte sus presupuestos, sus objetivos, sus métodos, su cultura, su idea de juego…, deben elegir ya si quieren ser yunque o martillo…

Salamanca, 8 de setiembre de 2014.