¡Qué bueno que los dioses bajen de los cielos...!

30.09.2015 22:57 de  MAROGAR .   ver lecturas

De vez en cuando, es muy bueno que los dioses bajen a la tierra desde los cielos. Tanto para liberarse de su responsabilidad particular como para que todo el orbe reflexione en tierra firme… Messi se lesionó. Y todos lo sentimos (Quizás algunos no). Tanto su entrenador, como sus compañeros, reconocen su grandeza deportiva pero, en su ausencia, hacen votos firmes para que mientras dure su curación y convalecencia deben aportar más de su parte. Quizás jugando más en equipo, quizás esforzándose sin protegerse tanto en el líder, quizás adquiriendo un mayor compromiso grupal… ¡No hay mal que por bien no venga…!

“Messi es insustituible”, aseguró su entrenador con lo que coincido plenamente. Porque hay pocos futbolistas como Messi en su misión específica. Pero quiero pecar de oportunismo, una vez más, manifiesto que nunca me gustaron los adjetivos superlativos en el fútbol: “Exclusivos”; “extraterrestres”; “superhombres”; “galácticos”; “dioses”;  y un largo etcétera. Después, el exceso de alabanzas desencadena en críticas despavoridas cuando las expectativas no se cumplen.

Enrique Carretero Pasín, firmó: “La religiosidad futbolística desde el imaginario social. Un enfoque antropológico”: “El camino, entonces, más acertado para esclarecer el significado de ciertos elementos arcaicos presentes en el futbol es, siguiendo a Marc Auger, adoptar como óptica la proporcionada por la antropología de las religiones, considerando al futbol como un fenómeno social esencialmente religioso…”(…) “Así pues, la entrega de un seguidor a un club es más una entrega a una entidad imaginaria que a una propiamente real. Un vínculo con una identidad imaginaria que, por otra parte, se transmitirá, generacionalmente, constituyendo incluso uno de los pilares básicos del proceso socializador de los individuos”.

Messi, siendo hombre, se lesionó porque su profesión es arriesgada para su integridad… Otro luchador terrenal es Ronaldo, el otro día, frente al Málaga, tiró a puerta quince veces y no marcó ningún gol. Allí se encontró con otro hombre, Kameni, que cumplió sus obligaciones de cancerbero y no dejó perforar su portería virgen. Me alegro que nadie dijera que era un Angelito con alas de los que cantaba Antonio Machín…

Como escribía Pasín: “Al nacer en una determinada familia y en una determinada localidad se ingresa al niño en una “comunidad imaginaria” futbolística, al modo en como se ingresa en una orden religiosa. El niño que viste por vez primera la indumentaria de los colores de un equipo está entrando a formar parte, de un modo ritual análogo al bautismo, en esa “comunidad imaginaria”… De modo que el seguidor de un equipo sigue unas pautas de entrega análogas a las del feligrés que comulga fervorosamente con una congregación religiosa…” Desde luego es un punto de vista muy original, efectivamente el fútbol puede ser una religión, pero me llevan los demonios que se siga insistiendo sobre un fútbol de “dioses”…

Es momento, también, para que los medios de comunicación se serenen en su propaganda sistemática y analicen el fútbol de manera más pausada, menos sensacionalista, deben reconvenir que el juego del fútbol es más colectivo que de individualidades y sopesen soluciones válidas para que la realidad nos acerque a la pasión y emoción de los aficionados. Porque esa es la esencia fundamental, el fútbol es de los futbolistas y no de los “dioses” que nos quieren meter por los ojos.

Salamanca, 30 de setiembre de 2015.