Los equipos, como las orquestas, deben buscar la armonía...

04.04.2015 11:12 de  MAROGAR .   ver lecturas

“El arte de dirigir consiste en saber cuando hay que abandonar la batuta para no molestar a la orquesta”. (Herbert Von Karajan).

Hacia el domingo de Resurrección, jornada de la Liga que ya encamina hacia los últimos diez partidos del Campeonato. Es como si un “Festival de Conciertos” buscase esa etapa definitiva y armoniosa. Una orquesta es la mejor metáfora que puede utilizarse en el funcionamiento de un equipo de fútbol. Disciplina, coordinación, armonía, todos a una… El director dirige pero el que decide es el músico, la idea de compartir y compaginar los distintos instrumentos musicales, cada hombre un registro diferenciado… En “¡Fútbol bueno ≠ Jogo bonito…!, mi último ensayo de fútbol, yo reflexioné: “¿Por qué los equipos no trabajan en equipo?”. Me lo he preguntado muchas veces… Dante Panzeri, en su “Dinámica de lo impensado”, aseguró que había aprendido más de fútbol en libros de filosofía que en manuales futbolísticos. Por tanto, es oportuno que profundicemos en estas similitudes con una gran amplitud de miras, focalizando lo estrictamente necesario…

Buscar la armonía, musical y extramusical, el encuentro del equilibrio y de las distintas proporciones utilizadas en competición es un objetivo musical y, a su manera, también del fútbol… La combinación y mezcla de notas musicales forman la música y las cualidades individuales de futbolistas, bien mezcladas, harán un buen fútbol. Pero siempre encontraremos, señal de que la perfección no existe pero es el objetivo de la permanente búsqueda, lo “consonante” y lo “disonante”, la consecución de un buen funcionamiento grupal siempre es complejo, aún más en fútbol porque el balón no dobla, no obedece demasiado, es redondo y sujeto a trayectorias cambiantes, con una disputa permanente entre dos equipos de once jugadores que compiten unos contra otros, con unas reglas que ninguna dice como debe tratarse la pelota... Pero la armonía requiere acuerdo, concordancia, conexiones, ajustes, complementos y sutilezas mentales para interpretar cada momento. Esa es la inteligencia futbolística. Por tanto, el fútbol como la melodía requiere muchas interrelaciones, a veces amplios contrapuntos entre todos sus miembros… “Calcio totale” es un nuevo libro que cuenta la vida de Arrigo Sacchi, escrito por Guido Conti. En una traducción muy libre del italiano, encontré esta semejanza desbordante: “En verdad, entre la música y el fútbol no hay ninguna diferencia. Para mí el juego… es el verdadero protagonista en el campo. Vd. puede tener los mejores músicos y solistas del mundo, pero no sentirá ninguna melodía si no son coordinados por un director y por un marcador compartido. El entrenador es el autor y director de orquesta, con su sensibilidad, su idea de la música, sus interpretaciones. Su concepto del tiempo y del ritmo. Y la importante sincronización y ritmo en el fútbol”. Sacchi es uno de los mejores entrenadores que el fútbol ha gozado…

La directora de orquesta Alondra de la Parra conferenció en el “World Business Forum” y, una vez más, manejó la metáfora de la orquesta para hablar de liderazgo y trabajo en equipo. Dicha directora fundó la Orquesta Filarmónica de las Américas y su desempeño le granjea numerosos elogios de relevancia. Asegura que “la orquesta funciona como un microcosmos en el cual se pueden apreciar los retos que deben enfrentar el liderazgo y el trabajo en equipo”. (…) “Yo sola con mi batuta no produzco ningún sonido. No hago nada sola. Necesito el grupo para crear”. Magnífica reflexión, una huida de la enfermedad actual del individualismo… Por tanto, es importante la concepción de la empresa como una bella sinfonía que permita comprender mejor el papel de cada uno de sus miembros, así como el del director; al fin y al cabo un armonizador del desempeño conjunto. Y al igual que pasa con los equipos de fútbol, tanto los aficionados como muchos presidentes, siguen empecinados en que, teniendo buenos jugadores, el papel de los directores es prescindible… Y el argumento, aún siendo infantil, es tramposo: “Si los músicos conocen sus partituras, el director no pinta nada…” Sin embargo, la directora asegura: “Así como el director técnico de un equipo de futbol es una figura decisiva en un partido aunque nunca toque el balón, el director de orquesta es imprescindible.”

Lo lamentable del fútbol es que cuando un equipo gana, ganan todos; pero cuando el equipo pierde, siempre pierde el entrenador y a ser posible con exclusividad, sin ramificaciones prácticas… “¡El entrenador es un manta…!” Pero, ¿Un equipo de fútbol puede funcionar sin entrenador…? Hubo momentos históricos en los que el presidente del Real Madrid, quizás otros dirigentes también, pensaban que los equipos se hacían, y sus objetivos se resolvían, fichando a buenos jugadores por buenos dineros… Y no le falta razón, pero parcialmente. “El líder tiene que cumplir con una responsabilidad que le es propia e intransferible”, es preciso que alguien guíe al conjunto, sin él “se perdería la armonía y la sincronización”. De nuevo se prescinde de la visión global del fútbol. La labor del presidente, si es profesional, también  es fundamental, en otro plano distinto, pero sin duda necesario sino quiere absorber otras parcelas de responsabilidad… ¿Vds., recuerdan al presidente Gil del Atlético de Madrid? Ningún entrenador le satisfacía porque nunca podía suplir con éxitos sus malas planificaciones, sus fichajes extravagantes y sus salidas públicas de tono… Todavía recuerdo como desafinó en el caso de Menotti, lo desacreditó públicamente porque éste abogaba por entrenar, siempre, a la misma hora que se jugaban los partidos. Mientras que Gil tergiversó los argumentos para meterse en materia personal contra su entrenador e insinuaba que Menotti no entrenaba por la mañana porque pernoctaba demasiado... Un apunte curioso: La mayoría de equipos entrenan por la mañana y juegan el 99% de los partidos por la tarde o noche… Pero, curiosamente, el día que juegan oficialmente por la mañana suelen quejarse del horario mañanero. ¿No es sorprendente…?

El director de orquesta es un “líder de líderes”, cada uno de sus músicos debe asumir su propia responsabilidad particular y no pueden ampararse en el compañero de al lado, ni siquiera aunque maneje el mismo instrumento musical. Por ejemplo, nunca el portero puede ampararse en sus compañeros de la línea defensiva cuando recibe un gol, tendrá que asumir su parte alícuota de responsabilidad, cuando menos, es la ley del juego en equipo… “En una buena orquesta, cada músico necesita ser un profesional integral, preparado y apasionado de su oficio. Debería ser, por sí mismo, un líder de su vida, de su instrumento y de su trabajo. Se trata de conjugar capacidades y no debilidades. Una buena orquesta es una suma de talento profesional, no una suma de limitaciones… La responsabilidad individual con conciencia colectiva es indispensable”. Creo que es una de las mayores dificultades de un equipo: “Una orquesta con buenos músicos no sonará bien si el director no es bueno. Pero al revés tampoco funciona. Si el director es muy bueno, apenas podrá sacar adelante la obra si sus músicos son mediocres, incompetentes, vagos, desinteresados e indiferentes”.

Salamanca, 4 de abril de 2015.