Sabidurías útiles para el fútbol. 2 de 2.
“No debemos tener miedo a equivocarnos. Hasta los planetas chocan y del caos nacen estrellas”. (Charles Chaplin).
Recientemente, Zeljko Obradovic, el entrenador más laureado de la historia del baloncesto europeo, técnico del Fenerbahce, les dio una lección magistral a sus jugadores. Cuenta el director general del club de Estambul, Maurizio Gherardini, en “Eurodevotion”: “Perdimos con el Anadolu Efes en la Copa turca y todos los jugadores esperaban un entrenamiento duro al día siguiente, pero la sorpresa fue mayúscula e inesperada. Zeljko nos sorprendió a todos reservando en un sensacional restaurante de Estambul para los jugadores, para el personal del club y todas sus familias, a pasar una agradable velada. Nada de entrenamiento. Era hora de ser un equipo. Era hora de estar juntos”, asegurando que “presta gran atención a los detalles. Nada se le escapa. Te quedarías alucinado por la organización de su trabajo tanto en la pista como fuera de ella. Y los jugadores entienden esto y les lleva a hacer más de lo que pueden dar. Pero lo que es aún más sorprendente es su gran humanidad, porque vivir en el baloncesto en cualquier momento no significa quitarle la importancia a los valores humanos”. Por el contrario, sin conocer los métodos de trabajo de los entrenadores, algunas veces se tilda a los entrenadores con el adjetivo “despectivo” de “alineador”, añadiendo desconfianzas gratuitas al entorno…
Del libro “Déjate en paz y empieza a vivir”, de Fabrice Midal, extraigo estos pensamientos: “Tenemos una idea fantasmagórica, y bastante infantil, de la sabiduría. La vemos como un agua mágica con la cual bastaría rociar nuestra vida cotidiana para disolver todos nuestros problemas, todas nuestras dificultades. De modo que podríamos superarlas sin problemas y conquistar una felicidad hecha de sosiego las veinticuatro horas del día. La sabiduría sería una especie de panacea que debemos adquirir sin falta, igual que esos productos de consumo de usar y tirar que compramos con un cli en internet. Miramos a los grandes sabios con envidia… y queremos ser como ellos. Rápidamente por supuesto. Nos negamos a entender que la sabiduría es un viaje, no tenemos tiempo de ponernos en camino…. Hay un gran malentendido: esa sabiduría venerable no nos la proporcionarán ningún libro, ningún curso ni ninguna sesión de meditación ni de yoga. Es el fruto de experiencias, de esfuerzos, de pruebas, y también de sufrimientos y tormentos… Nos engañan al omitir que la sabiduría es un camino y no una meta. Un camino difícil… del cual no queremos saber nada en la era de la facilidad. Con el desánimo por añadidura. Pese a los consejos “fáciles” que por todas partes se nos prodigan, pese a nuestros esfuerzos reales por seguirlos, continuamos siendo coléricos, impacientes, frágiles y vulnerables, lo cual nos provoca una profunda culpabilidad, que a su vez es un indicio de nuestro fracaso por no estar a la altura de ese ideal absurdo que nos tienden… Una increíble confusión nos impide comprender lo que es un verdadero sabio”. Si lo contextualizamos dentro del fútbol veríamos que todo tiene sentido…
Sería como ese viaje de sabiduría que recorrió Messi, yo mismo llegué a pensar sobre el argentino que tendría una jubilación futbolística precipitada como la de Butragueño. Pensaba en su manera de jugar, siempre superando contrarios a velocidad de vértigo, con lesiones musculares permanentes, un desgaste precipitado que le llevaría a cierta apatía en momentos determinados del juego. Pero, poco a poco, se fueron descubriendo otras aportaciones al juego de equipo, evolucionó desde su juego individual atrayendo defensores para descargar a otras zonas del equipo donde aparecían compañeros que colaboraban en la penetración, etcétera. En “América TV”, el periodista Luis Majúl entrevistó a Leo Messi, se le pudieron escuchar estas apreciaciones: “¿Qué hacía antes que no hace ahora y qué hace ahora que no hacía antes?” – “Agarraba la pelota y hacía mi jugada, hoy intento hacer jugar más al equipo”. Precisando: “Actualmente intento que la pelota pase más por mí y no ser tan definidor o tan egoísta. Intento mover más al equipo desde otra posición”. Incluso, desmitificando el asunto de los kilómetros recorridos por los futbolistas, Messi significó: “Corro igual que lo hice siempre, pero de diferente manera”. Ahora, me desdigo de apreciaciones anteriores porque Messi es un futbolista más completo que hace unos años, su repertorio es más amplio, cooperativo, ganando en precisión goleadora tanto en jugada como a balón parado y, sobre todo, mejor futbolista de equipo. Sin duda, Messi es un futbolista sabio entre otras cosas por su gran capacidad de adaptación…
Todos recordamos momentos de jugador donde, casi sin pretenderlo, todo te salía bien casi sin haberlo previsto. También, de entrenador, sucede que con un golpe de vista sitúas a contrarios y jugadores propios, dibujando los respectivos sistemas tácticos. Miguel Fernández en su libro “Flow (Fluir) plantea para el fútbol estas reflexiones, se concentra en distintos pensamientos y acciones que suelen ocurrir en los partidos, después de haber practicado distintas situaciones para que aquello se produzca con sencillez, con fluidez. Allí cita la reflexión de Castelo: “La anticipación es uno de los mayores fenómenos de la adaptación de las conductas motoras y es la raíz fundamental de las interacciones tácticas”. Sería algo así como cuando vas en carretera y ciertos conductores ya prevén lo que va ocurriendo 200 metros más adelante, o incluso más. Mientras que otros solo reaccionan a 10 metros del coche de adelante y tan solo utilizando el freno… Relata M. Fernández, capítulo 13, “Flow y entrenamiento” una descripción de un entrenador (Gutiérrez): “Entonces comienzo a verlo todo muy claro, me siento seguro y anticipo lo que va a pasar. Es una sensación muy agradable”. En este caso, el “flow” sería una sabiduría muy útil para el desempeño complejo de entrenamiento a un grupo que, como tantas veces decimos, cada uno es de su padre y de su madre…
Quizás la apabullante realidad sea la que extraemos de las declaraciones de Wenger, técnico del Arsenal. En los últimos partidos, los silbidos y protestas de los aficionados hacia Arsene Wenger han aumentado. Las causas podrían resultar de que el equipo está clasificado sexto en la “Premier”, lleva 14 años seguidos sin ganarla, aunque el propio técnico asegura que las críticas son porque “es más viejo. Cuanto más viejo eres, más se convierte en discriminación por edad. Acepto que si los resultados no son lo suficientemente buenos, entonces tiene que asumir las consecuencias”. El técnico francés llegó al Arsenal en 1996 y desde entonces ganó siete FA Cups y tres títulos de “Premier”. “Soy quizás tan ingenuo como para creer que cuando el tiempo pase, lo que la gente destaque sea lo que he hecho por el Arsenal. Y no tanto el resultado del último partido”. Hubo un tiempo que, decían, el público aceptaba los malos resultados porque el equipo “jugaba bien”. Son tiempos pasados. El Arsenal ocupa actualmente la sexta posición en la “Premier League” y opta a la final del a “Europa League”. Por tanto, la relación de sabiduría y edad del entrenador después de una amplia trayectoria parece limitarse a lo de siempre, “ganar”. Y tiempos pasados fueron mejores…
Salamanca, 27. marzo.2018.