Muchas veces, no es tan evidente el entendimiento del juego...
“No le preguntes nunca tu camino a quien lo conoce. Correrías el riesgo de no poder perderte”. (Najman de Breslaw).
El otro día jugaba el Sevilla contra el Atlético de Madrid y los primeros 20 minutos de juego se desarrollaron con una intensidad superior por parte del Sevilla, aunque no llegó a marcar. A partir de entonces, el Atlético se fue imponiendo y acabó goleando con 5 tantos, aunque el Sevilla barnizó el resultado con 2 tantos. Sinceramente, el Atlético de Madrid se mostró como un equipo muy sólido y muy eficiente en la portería contraria con aportaciones descollantes, tanto de Diego Costa como de Greezmann. Por eso mismo, no entiendo demasiado a los comentaristas televisivos cuando aseguraban, constantemente, que el Sevilla perdía como consecuencia de la lesión de Navas que actuaba de defensa lateral derecho. Justamente actúa en ese puesto desde hace un mes solamente porque siempre fue delantero y el oficio de defensa lo estaría aprendiendo ahora. Es la eterna discordia entre la “causa-efecto” o, viceversa, “efecto-causa” a la que se aferran aquellos que quieren encontrar una solución inmediata a lo que están observando, personalmente la consecuencia de los cinco goles fue más por mérito de los futbolistas atléticos (Salvando 2 fallos garrafales de jugadores sevillistas que regalaron casi los goles). El Atlético, con esa actitud y resolución, podría encaramarse a los mejores puestos tanto en la Liga española como en la competición europea. ¿Diego Simeone podría superar su perfil “especulador” actual con el Atlético hacia otro desempeño más elevado y agresivo en la portería contraria? Todo ésto forma parte de lo indescifrable del fútbol.
El periodista Máximo Randrup escribió: “Para ser un completo periodista deportivo especializado en fútbol no basta con saber su reglamento, estar informado sobre lo que sucede en la actualidad y conocer los principales datos de su historia. Es fundamental, también, entender el juego”. Sin duda, estoy totalmente de acuerdo, aunque se sigue pensando que entender el juego es enumerar los distintos números que configuran una determinada formación de equipo. O cuando se habla de un jugador llegar a tener el máximo detalle de los equipos por los que pasó, incluso el dinero con el que se formalizó su contrato. “La comprensión del juego es estar al tanto de cómo fue cambiando la manera de jugar al fútbol con el correr de los años”. Particularmente, en mi primer libro “La Ignorática y el fútbol”, puse en comparación los sistemas de Chapman con el de Cruyf, su expresión numérica era una calcomanía y guardaba muchas similitudes: El 1.3.2.2.3 (Chapman) era casi clavado al 1.3.4.3. (Cruyff). Luego, en detalle, se producían muchísimas variantes en el discurrir del juego, incluso las características de los futbolistas eran ampliamente distintivas por cuanto la diferencia en el tiempo era de unos 60 años…
Randrup hizo un repaso histórico por los principales sistemas tácticos, según él, recordándonos lo expresado por Christian Lovrincevich “Análisis de la evolución de los sistemas de juego en el fútbol”: “La organización táctica estructural de un equipo de fútbol viene determinada por una dimensión estática y una dimensión dinámica. Por dimensión estática se entiende al sistema de juego o dispositivo táctico que representa el modo de colocación de los jugadores sobre el terreno de juego. Esta colocación de base fundamental (traducida por diagramas 4-4-2, 4-5-1, 4-3-3, etc.) restablece el orden y los equilibrios en varias zonas del campo y sirve como un punto referencial y de partida para los desplazamientos relativos de los jugadores y para la coordinación de las acciones individuales y colectivas. Por dimensión dinámica se entiende a las diferentes tareas y misiones tácticas distribuidas entre los jugadores que componen el equipo. Los dos momentos en los cuales se observa con mayor facilidad un dispositivo táctico es en el saque de mitad de cancha y en el saque de meta”. Luego, todo se descoloca y se vuelve a colocar en torno al mayor anarquista del juego, el balón.
Sin entrar en otras cuestiones de detalle, el periodista citó distintas tácticas a las que yo he apostillado algún comentario de mi cosecha: La táctica piramidal (cinco en línea); la WM; el cerrojo suizo; el 4-2-4 o también llamado 4 defensas y 4 atacantes; el catenaccio; el 4-4-2 de los años setenta (Que está en plena actualidad después de haberse considerado un tiempo como un sistema antiguo del que se avergonzaban ciertos técnicos por considerarlo “defensivo”); el fútbol total (“Football Pressing” de Marinus Michels); el 3-5-2 del Doctor Bilardo (Con el que ganó el Mundial86 y lo muestra el Gerona todos los domingos en la Primera división española)… Por supuesto, el desarrollo de los distintos detalles y caracterizaciones de dichas tácticas ya las he significado en otras ocasiones. Sin duda, dicha lista no es exhaustiva y me repito que en el fútbol más contemporáneo desde los años 70 no me olvido de la Selección argentina de Menotti en los 78; me gustó especialmente el R. Madrid de Leo Benhacker (1986/89) así como el de J. Toshack en 89/90; no podemos olvidarnos del Milán de Arrigo Sachi a finales de los 80 y principios de los 90 que marcó una época futbolística, un hito sin par; o la Barcelona del 88 a 96 con Cruyff que tuvo su perfeccionamiento en el Barcelona 2008 a 2012 de Guardiola con una fase intermedia dirigida por Frank Reijkaard y el apogeo de Ronaldinho que abrió la trayectoria de Messi… Lo mismo que sería injusto olvidarse de la labor de Van Gaal que ganó en la temporada 97/98, con ciertas críticas mal llevadas por el entrenador.
En todo caso, todas las etapas, tanto las mencionadas como por mencionar, tienen significaciones necesarias ya que todos los modelos aportan influencias de muchos entrenadores, incluso de categorías inferiores. En todo caso, debemos esperar nuevas evoluciones que consoliden otras corrientes futbolísticas. Recuerdo haberles repetido numerosas veces a mis jóvenes jugadores que el “Libro Gordo de Petete” era muy amplio (Década de los 70 y principios de los 80). Lo mismo que yo era muy pesado con aquellas repeticiones que formulaba a mis jugadores después de celebrado el partido (¿Te acuerdas, Ramón?): “Nos tiene que doler mucho más la cabeza que las piernas”, insistía siempre en el trabajo mental que desarrollábamos en el partido y el énfasis en el conocimiento del juego…
Sin embargo, el periodismo sigue interesado en crear opinión más que en informar, sigue ponderando individualidades a nivel de semidioses y se olvida de otros futbolistas notables, colabora en la depreciación de los activos de los clubes como fuera el caso de Benzema y Bale tirándolos por tierra mientras que Zinedine Zidane los alineó con éxito en el partido contra Alavés, o creando polémica ficticia entre el entrenador Simeone y el delantero Torres que, a falta de no ser titular por méritos de otros compañeros, le hacen al entrenador labor de zapa desacreditando su criterio como fue el caso reciente: “¿Vd., renovaría al Niño Torres?”. A lo que el entrenador, honrado y transparente, contestó: “¡No!”. Todo lo que se desencadenó después fueron interpretaciones supinas, indagaciones más allá de la sucinta respuesta, posicionamientos enfermizos a favor de la individualidad (jugador) en contra de la colectividad (entrenador)…
Salamanca, 27. Febrero.2018.