Fútbol reactivo. 2 de 2.

08.11.2014 22:59 de MAROGAR .   ver lecturas

“Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá únicamente hacia donde los otros fueron”. Graham Bell.

Diego Simeone reconoció, antes de jugar ante el Malmoe, que el Atlético está cambiando de estilo, se está procurando que el balón esté más en poder de sus jugadores: “Venimos desde la pretemporada buscando incorporar más facetas de posesión”. Y añade al argumento este otro: “Necesitamos de muchos más jugadores, las conexiones de la pasada temporada eran con menos gente”. Y provoca un pensamiento muy interesante: “El objetivo en las combinaciones es que cada uno se meta en la cabeza del otro”. Empatía pura. Por tanto, comparado con el ejercicio anterior, el Atlético está en fase de “fútbol reactivo”… Juan Cruz escribía esta semana un magnífico artículo: “El triunfo suele hacer ruido, la derrota es el silencio del fútbol. Y esta parte de los partidos suele dar de sí actitudes muy interesantes a las que conviene prestar atención si uno de veras quiere entender qué es el fútbol”. Siempre abogué porque los equipos evolucionen precisamente cuando ganan, aunque todos lo hacen cuando pierden, a la desesperada… Y este es un signo evidente de inteligencia por parte del “Cholo” Simeone. Y tan mal no le van los asuntos del cambio cuando tan solo está, ahora mismo, a un punto del líder Real Madrid.

Interesante lo que Juan Cruz aporta en su artículo: “Este aficionado que les escribe deglutió la amarga sensación de vencido con la escritura sobre el partido, (Real Madrid-Barcelona) que es un recurso psicoanalítico que tiene la virtud de un lenitivo, pero que no sirve para siempre. La herida estaba ahí, y el cuerpo y el alma se alistaron en el lado de los que esperan que después amaine la tormenta”. Pero lo peor de todo esto es que han trascendido unos comentarios que dicen surgir del interior del vestuario: “No hay acercamiento alguno, no habla con nadie del equipo”, una crítica salvaje y peligrosa hacia Luis Enrique. Lo que provocaría un ambiente de desconfianza de la plantilla hacia su entrenador… Sin duda, aquí también hay vestigios de “fútbol reactivo”… Y de poco me vale que alguien asegure que el entrenador es un corredor de fondo habituado a resistir malos momentos para acabar imponiendo su idea. ¿Imponiendo…? Esa es la clave fundamental. Habría que recurrir al “mindfulness” como aprendizaje para vivir y concentrarse en su rendimiento. Es necesario reducir las “ausencias” del futbolista, minimizar a los que “rumian” negatividad, este grupo es el que puede estar segándole la hierba al entrenador…

“Un verdadero perdedor es alguien que tiene tanto miedo a no ganar que no lo intenta”. (Grandpa, en la película Little Miss Sunshine, 2006). No creo que ese haya sido el caso de Jagoba Arrasate destituido la semana pasada por la Real Sociedad, al día siguiente de la derrota en casa frente al Málaga. Estamos en la décima jornada de Liga, o sea, dos meses y medio de competición. Y la despedida de rigor de la Real decía: “Agradece la profesionalidad, compromiso y dedicación mostrados tanto por Jagoba Arrasate como sus colaboradores Txema Lumbreras y Bittor Alkiza en el ejercicio de sus funciones al frente del primer equipo”. La realidad práctica es que la Real está ahora mismo en posiciones de descenso y el Consejo de Administración presidido por Jokin Aperribay ha tardado seis años en destituir al entrenador que en cada momento estaba en el cargo. Pero es la ley del fútbol, si pierdes no eres nadie… Es el tercer entrenador destituido en Primera división, por lo que apareció de nuevo  el “fútbol reactivo”.

El ajedrecista ruso Tartakover define: “Táctica es saber qué hay que hacer cuando hay algo que hacer; y estrategia es saber qué hay que hacer cuando no hay nada que hacer”. Muy inteligente… Se mezclan los aspectos “proactivos” y “reactivos” de cualquier actividad. En el fútbol, se suele decir que la táctica empieza cuando el balón se puso en movimiento, siempre tratando de llevar la iniciativa en la propia planificación y contrarrestar las acciones del contrario aplicando la táctica más procedente. Por tanto, no solo es dibujar una formación, poner unos determinados jugadores y “a divertirse” como dicen algunos… ¿El contrario no cuenta? Pues claro y su juego puede condicionar todos los planes iniciales. En fútbol, la estrategia se asocia tan solo con las jugadas que parten a balón parado, libres directos e indirectos, etcétera. Pero a mí me gusta más el concepto de estrategia como en los procesos de gestión y management de las empresas… Incluso desde la configuración de la plantilla de jugadores.

“El objetivo en las combinaciones es que cada uno se meta en la cabeza del otro” decía Simeone. Se trata de que unos y otros se faciliten el juego, el que recibe un balón lo hará mejor o peor en función de si su compañero le envía un balón o una albóndiga; si un poseedor del balón no tiene desmarques por delante de él, ni al lado, ni detrás, es evidente que tendrá que resolver la individualidad con sus propias facultades y no las del equipo; etcétera. Un futurista de hace unos años, Alvin Toffler, escribía magníficos libros y dejó este pensamiento: “Los analfabetos del Siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y volver a aprender”. Si hubiera reflexionado sobre los futbolistas se habría encontrado que los hay de distintas cualidades y que muchos de ellos podrían esgrimir un tipo de inteligencia apropiado para su especialidad en el partido de fútbol… Y ahí me creo al filósofo José Antonio Marina sobre sus análisis sobre las multi-inteligencias… Que yo creo también existen en el fútbol.

Este sábado el Real Madrid ganó con facilidad de resultado al Rayo Vallecano; el Barcelona ganó en Almería con un mal partido; y, lógicamente, la jornada de mañana tendrá un escenario para Atlético de Madrid, Valencia y Sevilla que su “reacción” debe contrarrestar el resultado de los dos grandes citados, si quieren seguir ostentando las pequeñas diferencias de puntos actuales…

Salamanca, 8 de noviembre de 2014.