EDITORIAL: "PRESIÓN, ACHIQUE DE ESPACIOS, FUERA DE JUEGO..."

02.01.2008 07:58 de Redacción esFutbol   ver lecturas

El Ajax de Rinus Michels jugaba un fútbol presión donde se involucraban todos los jugadores, incluido el portero. El fundamento principal de su “Fútbol Pressing” era la consecución del balón, cuanto antes y cuanto más cerca del portero mucho mejor. En el momento que el equipo contrario veía aproximarse toda la avalancha de jugadores solían perder el balón porque lo lanzaban hacia delante a sus delanteros, de una manera descontrolada...

La carrera intensiva hacia delante reducía drásticamente los espacios del equipo poseedor del balón, éstos se abrumaban con la que se les venía encima y cometían errores, fácilmente. El subproducto más evidente de la presión era la obtención de posiciones ilegales del contrario, si antes no habían capturado la pelota. En realidad, era una especie de “achique de espacios” a lo bestia… Porque la carrera intensiva hacia delante para conseguir la pelota, como objetivo fundamental, también reducía drásticamente los espacios del otro equipo, aunque también del nuestro.

Los delanteros del equipo presionado no replegaban hacia su campo al mismo ritmo que las defensas presionantes. Y cometían faltas como también ocurre con otras fórmulas defensivas. Por ejemplo, el Milán de Sacchi ganó casi todo con defensa zonal, adelantada casi al medio campo, en línea. Y con esta metodología recuperaban el balón numerosas veces. Incluso el Milán de Capello siguió ganando títulos, pero defendiendo 20 metros más atrás… Con ambos entrenadores jugaba el mejor líbero corrector de la época, Baresi, maestro en “hacer la goma” entre la posición de sus compañeros y los delanteros rivales. Unas veces en línea, otras de escoba, ahora al fuera de juego, después achicando espacios todo el bloque… Pero siempre él, Baresi, actuando de líbero regulador del tráfico, protector o iniciador de todas las maniobras de su propia defensa…

Creo que el achique con Capello era más efectivo que con Sacchi. De hecho, aseguraba que el retraso de su defensa como unos veinte metros era para no estar lamentando durante la semana las equivocaciones del árbitro por no haber señalado el dudoso fuera de juego. El achique es más complejo y arriesgado con la defensa situada en la línea de medio campo, el margen de maniobra es pequeño porque, partiendo de más atrás la defensa, es más fácil realizar las acciones de achique y sorprender a los delanteros contrarios.

Da gusto cuando un equipo sabe cuándo y cómo hacer tanto la presión, como el achique o el fuera de juego. Cuando conoce la velocidad que debe imprimir a las acciones y el momento de la decisión enseguida descubres que ese equipo sabe, que hay una dirección dentro y fuera del campo. No hay muchos equipos que lo tengan tan claro, de hecho las improvisaciones son moneda común, aunque lo que más trasciende es que el equipo contrario incurre en situaciones de fuera de juego cuando el objetivo principal no era aquel.

De nuevo aparece el pensamiento lineal, se confunden acción y reacción. Del mismo modo que cuando se cita el “achique de espacios” siempre recurrimos a pensar que el movimiento se debe producir hacia delante, cuando en realidad también se puede achicar hacia atrás. Transcribo a Menotti y Cappa, cuando en su “Fútbol sin Trampa” especifican: “El fuera de juego es un recurso… para achicarle los espacios útiles al adversario”… “Una cosa es jugar al fuera de juego en lanzamientos largos y otra achicar. Si achicamos la cancha, el rival encuentra menos espacios para jugar. Lo importante en el achique no es provocar el fuera de juego, sino agrandarle la zona inútil al equipo contrario. Reducirle la cancha”.

Para todo eso también se necesita talento, éste siempre se asocia con los atacantes. Angel Cappa, en “La intimidad del fútbol” viene a aclarar otros conceptos dudosos: “La presión sólo es posible si el equipo rival juega mal”. “Si la pelota circula con rapidez y precisión de un lado a otro del campo, de atrás hacia delante y de delante hacia atrás, con jugadores que no trasladen, que se desprendan a dos toques del balón, la presión se desinflaría en pocos minutos”. De ahí nuestra aseveración de que se necesita también talento para distinguir los matices de la presión, el tipo de achique de espacios o la aplicación de la táctica del fuera de juego. Un equipo que se precie tiene que tener aprendidos los momentos, ya cuando debe superar las trampas del contrario actuando en situación defensiva; o viceversa.

MAROGAR